7 - Dile que lo amas

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•Piper•

No puedo dar un solo bocado más, pero mi chef personal ahora me está obligando a terminar todo el desayuno alto en fibra y calcio que preparó para mí, alegando que tenemos un día difícil hoy.
Doy un par de bocados más a mi sandwich de queso blanco y tomate cuando de pronto siento una arcada que me hace tapar la boca y pararme corriendo al baño.
Menos mal el departamento es pequeño, y no tengo mucho camino que recorrer de un lado a otro.
Me levanto del suelo desorientada y tambaleante, pero los brazos de Alex me sostienen por la cadera haciéndome mantener firme.
Sus ojos están llenos de culpa y no dice nada, así que me apresuro al lavabo para cepillarme los dientes, y de hecho, ya solo tengo tiempo para eso.

*Piper: -Estoy bien, Al...- Digo con el cepillo en la boca. -No es tu culpa, es que el pequeño bulto a veces es así de travieso...-

*Alex: -Tal vez no debería haberte obligado a comer tanto...-

*Piper: Ni siquiera terminé de comer, es más, llevaré la ensalada de frutas al trabajo, por nada del mundo me la perdería...- Digo tratando de animarla.

*Alex: -Bien, voy a... Yo la pondré en un contenedor para ti...- Sale del cuarto de baño y sé que no ha dejado de sentirse culpable, pero no lo es ni un poco.

Termino de cepillar mis dientes y me observo un poco al espejo.
Es cierto que no tengo una barriga enorme, pero también, algunos de mis pantalones ya no me quedan y eso es muy frustrante, porque justo esta mañana tuve dificultades encontrando uno que ponerme, y Alex sugirió que debemos ir a una tienda de maternidad pronto.
Acaricio mi vientre rogándole al bebé que no me haga vomitar más, necesito tener energías y las náuseas son muy agotadoras.

Alex me llena de besos cuando estoy por salir del departamento y aunque insiste en llevarme a la oficina, no acepto, puesto que ella también tiene trabajo online que hacer y más tarde hemos quedado de cenar con Nicky y Lorna para darles las noticias

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Alex me llena de besos cuando estoy por salir del departamento y aunque insiste en llevarme a la oficina, no acepto, puesto que ella también tiene trabajo online que hacer y más tarde hemos quedado de cenar con Nicky y Lorna para darles las noticias.
Me siento muy nerviosa mientras conduzco, solo pensando en lo que seguramente dirán nuestras amigas al respecto de todo esto. Sé bien que Lorna sobre todo, es una amiga sobreprotectora que ama a Alex de una forma que no puede cuestionarse, y por su parte Nicky aunque menos dramática, es también una mujer bastante pro-Alex, y me consta porque a penas terminamos nuestra relación, el recibimiento que me daba en su bar no era ni la mitad de efusivo que antes, y por esa misma razón dejé de ir.
En la siguiente salida avanzo con precaución para desviarme rumbo al edificio del periódico, mis manos se aferran sudorosas al volante porque también, justo después de terminar mi horario, hablaré con el señor Caputo para darle oficialmente mi renuncia.

Siento como mi estómago se retuerce, y aunque sé que el pequeño bulto es aún muy pequeño para hacerse notar de esa forma, el que mi estómago se contraiga así es bastante raro, seguramente es por los nervios, o eso quiero pensar.
Entro al estacionamiento del edificio que está medio lleno, estaciono en mi lugar y me deshago del cinturón de seguridad con alivio, puesto que ahora es un poco incómodo llevarlo porque me inmoviliza bastante.
Salgo del auto sintiendo como mi pecho se enfría y aunque trato de respirar con normalidad, es bastante difícil conservar la calma sabiendo que éste será mi último día aquí.
Es cierto que debería darle oportunidad al departamento de reclutamiento de encontrar mi reemplazo, pero todo esto de mudarme a Londres ha hecho que las cosas se precipiten.

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