15 - Un bebé enorme

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•Piper•

La escucho respirar de forma pesada, una de mis piernas está entre las de ella y mi rostro está muy cerca del suyo.
Observo su piel de mármol en la belleza de su rostro alumbrada por un tenue rayo de luna que se cuela por las cortinas y no puedo evitar acariciar su mejilla con mi dedo índice.
¿Cómo es que Alex está aquí con su brazo descuidado rodeandome de forma posesiva después de todo? Ya ni siquiera sé cómo es que me he tratado de resistir a ella, porque es inútil no caer en sus encantos.

No he dejado de pensar de vez en cuando que ella se merece algo más que yo, y cuando esos pensamientos intrusos me joden la mente, ella misma es quien se encarga de hacerme notar lo mucho que me ama y que no quiere a nadie más a su lado, y juro que estoy luchando por dejar de pensar de esa forma, y aunque hay días en que mi valor y orgullo como persona me dominan, y me siento invencible, los altibajos son algo que siempre me toma desprevenida.
Voy a culpar al embarazo de mis cambios de humor y de animos, aunque soy consciente de que las hormonas no tienen toda la culpa de esto.

Lucho demasiado por no dejar ganar el calor que me está haciendo pasear la mano por otras partes de su cuerpo.
Su cuello, su hombro, arrastro mis uñas por el tatuaje de rosas que tiene en el brazo y luego deslizo mi dedo índice por uno de sus pechos despertando su pezón glorioso que se endurece conforme acaricio.
Alex se remueve bajo mi roque y se queja haciéndome reír.

*Piper: -Si te despiertas ahora voy a dejar que hagamos lo que quieras.- Susurro y ella se ríe apretándome a su cuerpo.

*Alex: -¿No estábamos teniendo una noche de acurrucarnos?- Sus preciosos ojos brillan también con la luz de la luna. -¿Estás caliente solo porque sí?-

*Piper: -Quería dejarte dormir, lo juro, pero el solo verte aquí durmiendo tranquila sin apartar tu brazo de mí es jodidamente sexy...-

*Alex: -¿Qué quieres? ¿Tocarme o que yo te tenga para mí?- Sonríe pegándose más a mi cuerpo.

*Piper: -Tomaré lo que sea...-

*Alex: -Si que estás caliente, ¿no es cierto?- Su mano acaricia mi rostro y yo solo asiento sonriendo. -No sabes cómo me gustaría tenerte en mi cara...- Besa mis labios y de a poco deja entrar su lengua para encontrarse con la mía en una danza sensual que agita mi respiración de inmediato.
Otra de las cosas buenas de Alex es que siempre quiere sexo, no importa qué. -¿Imaginas mi lengua haciendo eso justo... Aquí?- Acaricia mi sexo desnudo y un gemido fuerte sale de mis labios.
Sus dedos son gentiles solo rozando mis labios húmedos sin ser invasiva y tampoco mostrando nada de prisa aunque yo me revuelvo bajo su toque pidiendo más.
Sube una de sus piernas en mí y su dedo índice comienza a estimular mi clítoris haciéndolo rodar con lentitud mientras besa mi cuello alternando con caricias de su cálida lengua que me hace temblar, además de que su cadera rueda chocando conmigo.
Encajo mis uñas en sus hombros por puro placer y mi cadera se mueve también al ritmo de su mano.
Su cuerpo cada vez está más cerca del mío, casi encima aunque sé que lo está evitando por el pequeño bulto, pero yo quiero que esté lo más cerca posible.

Alex se ríe, y como si fuera poco se deja caer recostada a mi lado dejando que sienta frío.
Me quedo desorientada un par de segundos y ella me acaricia la barriga mientras su pie sube y baja acariciando una de mis piernas solo logrando que mi piel se erice por su toque.
La sonrisa malvada no desaparece de sus labios y no sé qué está pensando, pero sí sé bien lo mucho que le gusta el sexo pervertido, y sin duda yo estoy de humor pensando en eso.
Con todo el valor que me es posible reunir subo a horcajadas de ella con un poco de dificultad y sus manos en seguida me toman por la cadera.

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