⭐ Instinto de supervivencia - Cap. extra

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•Alex•

Se supone que los humanos tenemos cierta predisposición a la supervivencia, sabemos bien que no debemos lanzarnos al fuego cuando vemos un edificio en llamas, y también que no debemos introducir un tenedor al contacto de electricidad en la pared si es que no queremos sufrir una inminente y dolorosa muerte.
Al contrario, estamos hechos para evitar a toda costa el dolor que signifique peligro para nosotros mismos, y también para tratar de remediar lo que nos compromete a lidiar con la incertidumbre de si algo puede dañarnos, pero parece que algo no funciona bien conmigo.

A penas toco el timbre mi corazón late con fuerza como tratando de emitir una alerta de que no debería estar aquí, de que el peligro es obvio, y si no me sucede nada aquí, estoy segura de que Piper va a asesinarme a penas sepa dónde estoy parada justo ahora.
Mis manos sudan y creo que en este momento no sería capaz de permanecer de pie si no fuera porque tengo Nicky a mi lado manteniéndome firme y tratando de que me calme para no lucir como un cachorro asustado.
Una mujer que no conozco abre y nos mira con una sonrisa de confusión.

****: -¿Puedo ayudarles en algo?- Pregunta un poco nerviosa.

*Alex: -Si, buenas tardes. Quisiéramos ver al señor y la señora Chapman, ¿se encuentran en casa?-

****: -¿Puede decirme quién los busca?- Nicky ni siquiera me deja responder.

*Nicky: -Piper Chapman y... Polly... Emm...-

*Alex: -Harper.- Completo la locura en la que Nicky nos acaba de meter, aunque seguramente es la única manera de hacer que nos reciban.

****: -Oh, señorita Chapman, pase, pueden aguardar en la sala, disculpe que las haya hecho esperar.-

*Nicky: -No se preocupe, y muchas gracias.-

La enorme casa sigue igual que como la recuerdo, a excepción de que ahora no hay fotografías de Cal y mucho menos de Piper adornando las paredes ni los estantes como antes había.
Tampoco está la enorme fotografía de la abue Celeste que solía estar al centro de la sala, ahora solamente hay paredes vacías y algunas figuras religiosas que hacen lucir más solo y más frío el sitio.
Los sofás crujen al sentarnos, como si no hubieran sido usados en mucho tiempo, y a juzgar por lo perfectamente en orden que están, estoy casi segura de que así ha sido, porque sin Piper y Cal en casa, los señores Chapman no creo que se sienten a conversar en la sala, o que siquiera alguna vez se sienten a conversar entre ellos.

No es que yo los conozca mucho, es más, ni siquiera los ví más que en la ocasión en que estuve aquí mismo para dar la cara, y al señor Chapman cuando fue a buscarme para convencerme de que me fuera a Londres, pero según lo que Piper me ha contado de ellos, son personas bastante ensimismados en sus asuntos como para siquiera notar a alguien más a parte de a ellos mismos.
Y a decir verdad, ni siquiera debería estar aquí buscándolos, pero las palabras de abue me conmovieron a tal grado que pensé que tal vez era una buena idea que ellos tuvieran también una oportunidad más, como la que yo le di a Piper, quizá es verdad que no se la merecía, pero de cualquier forma creo que las personas necesitan más ser perdonadas cuando no se lo merecen.

La señora Chapman se planta frente al marco del recibidor que da a la sala y lleva su mano al pecho de forma casi teatral.
Es obvio que no le hacía mucha gracia el saber que Piper estaba aquí, pero por supuesto que le incomoda todavía más saber que soy yo quien los está buscando.
Me pongo de pie de inmediato mostrando respeto, y aunque Nicky parece que se estira recostándose más, trato de no pensar en eso.

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