Capítulo 3

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Abrí la puerta del salón de clase y rápidamente divisé a Akane, ¿y cómo no verla? Si está sacudiendo la mano como una loca para llamar mi atención y apuntando al lugar que había reservado para mí, el mismo de siempre. No sé por qué sigue haciendo eso si todos saben cuál es mi lugar.

-Hola, Akane -saludé dejando mi bolso en mi asiento.

-Hola, _________ -responde sonriendo ampliamente.

La vi con ganas de decirme algo más, seguramente un chisme de algo que le ha de haber pasado, se le veía muy sonriente, pero los chillidos de unas chicas emocionadas por algo la interrumpen. Ambas miramos hacia la puerta, vimos pasar a Oikawa rodeado de un gran grupo de chicas y las de nuestro salón se asomaban desde la puerta y ventana para verlo y saludar. Y si tenían más suerte, coquetear por lo menos cinco segundos con él.

Sin darme cuenta, dejé escapar un bufido a la par que me sentaba y apoyaba mi cabeza en mi mano. Sentía algo en mi pecho que era desagradable, no me gustaba, así como no me gustaba verlo coquetear, pero lo reprimí lo mejor posible. Pronto lo olvidé cuando él pareció percatarse de mi existencia, ya que de repente me estaba mirando. Abrí los ojos de par en par mientras sentía mis mejillas empezando a colorearse y mi corazón a latir con fuerza. Él me sonríe y me saluda con la mano, tragué con dificultad y le devolví el gesto con más timidez. Las chicas que lo persiguen bufan y me miran con un rostro de pocos amigos, las ignoré por completo, y ellas a mí una vez que Oikawa volvió a seguir con su camino.

-No puedo creer que sigas tan loquita por ese tipo como ellas -comenta Akane llamando mi atención.

-¿Estás loca, Akane? No estoy loquita por él -me defendí en vano.

-¿Es en serio? Si estás babeando por él ahora y desde que entramos a la escuela y lo viste por primera vez y te sonrió.

-¡No es cierto! -exclamé frunciendo el ceño.

-Lo es y no finjas conmigo. Sabes que te conozco. Llevas varios años besando el suelo por donde camina como esas chicas. Todavía no entiendo qué es lo que le ven a ese tipo.

La empujé levemente consiguiendo que sonriera con diversión. Resoplé y negué con la cabeza mientras pensaba en sus palabras que, si bien tenían razón, no lo iba a admitir jamás. Yo no beso el camino de otros, otros besan mi camino.

-Eso no importa y no me pongas al mismo nivel que esas chicas celosas y locas -me indigné cruzándome de brazos y apartando la mirada.

-Ahá. Escucha, __________, este es nuestro último año. Si no lo aprovechas ahora y no lo intentas, es posible que no se vuelvan a ver.

-Escucha ahora tú. Aunque lo hiciera... es Oikawa Tooru, sabes que es imposible que justo a mí me acepte. Me rechazaría y nuestra amistad con Iwaizumi se vería afectada y no quiero poner a mi mejor amigo en esa situación.

En ese momento, la campana del inicio de clases sonó por toda la escuela. Los alumnos comenzaban a tomar asiento en sus respectivos lugares y el profesor entró al salón. Akane suspira y me dedica una última mirada.

-Pues es intentarlo o jamás saber el resultado. Tú decides.

Ella y yo miramos al frente cuando el profesor comenzó a hablar. Todo estaba en completo silencio además de su voz, pero ni siquiera a él le prestaba atención, solo podía pensar en las palabras de Akane y en el rostro de Oikawa. Debía tener una gran fuerza de voluntad para o suspirar como tonta enamorada por solo imaginarlo diciéndome que sí a mi declaración. Realmente estoy jodida.

***

***

-¡Más alto! -exclamé- ¡Concéntrense en la pelota chicas!

-_______ ¿Las llamas? -pide la profesora entrando al gimnasio y acercándose a mí. Hice sonar el silbato y todas dejaron de practicar para mirarme y acercarse para escuchar lo que la entrenadora tenía por decir.

-Les tengo noticias -empieza ella-. La entrenadora del equipo femenino del Karasuno nos invita a un partido de práctica y he decidido que participarán.

Todas sonrieron emocionadas, algunas saltaron y chocaron los cinco entre ellas. Sonreí al ver esa emoción que me agradaba en ellas, pues estaban tomando en serio el deporte y les estaba gustando más.

-¡Bien!

-Por fin un partido.

-Será genial.

-Recojan sus cosas y vayan afuera, que el autobús las espera para irnos -avisa la entrenadora.

-¡Sí!

Todas corrieron para hacer lo que la entrenadora pidió, ya querían ir a jugar. Recogieron todo tan rápido que apenas me dieron tiempo de pestañear. Pronto y en menos de lo que pude darme cuenta, ya estábamos en el autobús, en camino hacia el Karasuno.

-¡Buenas tardes! -saludamos al entrar al gimnasio de esa escuela.

-¡Buenas tardes! -responden las de Karasuno.

Nuestra entrenadora y las de ellas se acercan y se saludan mientras que nosotras nos acomodamos con nuestras cosas a un lado, en nuestro lugar y todas nos preparamos para el partido. Terminé antes que las otras, miré hacia el otro equipo y con una sonrisa me acerqué a la capitana del Karasuno.

-Hola. Soy _______ ________ -me presenté tendiéndole la mano-. Será un placer jugar contra ustedes.

-Soy Yui Michimiya -responde aceptando mi mano-. El placer será nuestro.

Ambas sonreímos ampliamente hasta que escuchamos el silbato de la entrenadora del Karasuno y nosotras nos separamos.

-¡Bien! Prepárense -dice la entrenadora.

Nos posicionamos en la cancha, me coloqué en la esquina izquierda. Ellas sacaban luego de decidirlo. El silbato suena y vi como la pelota se acercó con fuerza hacia nuestro lado.

-¡La tengo! -nuestra líbero Chinami, se lanza para salvar la pelota.

-¡Buena recepción! -dice Akane y la levanta.

Vi la pelota como si fuera en cámara lenta, sonreí de lado y di un gran salto para alcanzarla y luego golpearla con fuerza, la pelota tomó una trayectoria recta y perfecta, pero la velocidad hizo que fuera casi imposible de ver hasta que tocó el suelo y nosotras nos ganamos el primer punto del partido.

-¡Bien! -festeja nuestro equipo.

Las de Karasuno miraban por donde había golpeado la pelota, sorprendidas, ya que no pudieron reaccionar a tiempo, no se esperaban esa velocidad y fuerza. Ahora nos tocaba sacar a nosotras.

-¡Buen servicio! -le animé a Eshima.

Ella sonríe con seguridad mientras hacía girar la pelota en su mano. He de admitir que si yo soy buena rematando... ella es mucho mejor en los saques. Lanzó la pelota hacia arriba, y el sonido de su palma golpeando esta resonó por todo el lugar, de nuevo, sin dejar que las del Karasuno pudieran reaccionar. Hizo un punto directo.

Eshima hizo tres saques hasta que la última pudieron recibirla gracias a su capitana, que finalmente había podido seguir el paso de mi compañera, por muy poco.

-¡Pelota libre! -avisé recibiendo y pasándola hacia Akane quien la levantó para Emiko, pero fue bloqueada nuevamente por la capitana.

Chinami intentó llegar para salvarla junto a las demás, pero la pelota tocó el suelo y ellas ganaron el punto.

-¡Lo recuperaremos en la siguiente! -dije para que se volvieran a concentrar.

Siempre que Chinami no puede llegar a salvar una pelota, se siente mal por ello, la entiendo completamente y es por eso por lo que me esfuerzo en hacerle saber a ella y a todas que no siempre seremos de acero y perfectas como para ganar un partido sin que el otro equipo consiga ni un punto. Está bien que fallen, que está bien que las bloqueen y está bien no lleguen a tiempo. Solo hay que dar lo mejor de cada una y seguir adelante.

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