CAPITANES || Oikawa Tooru x Tú ||

Capítulo 33

Él abre los ojos de par en par y se me queda viendo al parecer sin poder responder, como si ni siquiera supiera la respuesta él mismo por lo repentino de la situación. Lo comprendía, me había declarado y le había puesto una pregunta difícil que estoy segura de que, o la respuesta es negativa y le cuesta decirlo para no lastimarme, o... ni él mismo lo sabe en verdad...

El silencio se extendía más y no quería que esa fuera mi respuesta, pero al parecer no iba a haber más que eso. Bajé nuestras manos y solté las suyas finalmente. Sonreí mientras mantenía la mirada en el suelo por no poder mirarlo al rostro.

-Ya veo... -me alejé un paso, incluso estar cerca de él me abrumaba ahora-. Bueno... creo que eso es todo entonces...

Me di la vuelta para que no vea la lágrima que comenzaba a resbalar por mi mejilla, la cual limpié con rapidez. Volví a sentir el nudo en mi garganta mientras retenía la serie de sollozos que querían escapar por mis labios, suspiré profundo para relajarme. Apenas alcancé a dar dos pasos cuando sentí sus brazos rodearme para detenerme y hacerme retroceder esos mismos avances.

-Me gustas.

Abrí los ojos de par en par al escucharlo sonando desesperado. Ahogué un sollozo nuevo mientras cubría mis labios con una mano para evitar que se escapara.

-Te tardaste... Si solo lo dices para no hacerme sentir mal... -él me interrumpe mientras se aferra a mí, apretaba sus brazos alrededor de mi cuerpo sin lastimarme, al contrario, se sentían cálidos. Incluso podía sentir como temblaba un poco.

-En serio... En serio me gustas, __________... Me gustas mucho -repitió-. Los sentimientos que tengo por ti no tienen comparación, no tengo sentimientos por nadie más que tú. Esto que siento por ti... no lo siento por nadie más, mucho menos por esas chicas que dices. No siento nada por ellas.

-Oikawa...

-Déjame hablar ahora a mí... por favor... necesito decirte todo -pidió sin soltarme, asentí en respuesta al final-. Yo sé que ver a la persona que te gusta con alguien más no es agradable porque cada vez que te veía con Tobio, aunque sea estando con los demás... de todas formas me molestaba, sé que le interesas y no quería que él te interesara a ti, en ese entonces no sabía porqué me sentía de esa forma tan egoísta... pero así era.

Suspira apoyando su frente en mi hombro, incluso escuché como apretaba sus dientes y trataba de calmarse.

-No sé cuándo, ni cómo fue que llegué a sentirme así por ti. Al principio admito que llegué a negarlo porque no creía que fuera cierto, pero... tienes razón... Fui bueno contigo porque te mereces que te traten de esa manera. Nunca te mostré ese lado que uso con Ushijima para que no pienses que seré así contigo... Te compré una pulsera, para que me recordaras y no te olvidaras de mí. Te cuido... porque no quiero verte lastimada nunca...

Él parece perder fuerzas, su agarre se vuelve débil. Quise darme vuelta para verlo pero era como si él no quisiera que lo viera así, porque no me permitió hacerlo.

-Pero... yo te lastimé... y por mi culpa estuviste en riesgo, hice que tu sonrisa fuera dolorosa de soportar... No supe cuidarte... -sentí algo húmedo en mi hombro que me hizo sentir el corazón estrujándose en mi pecho-. Quisiera que me perdones pero luego de lo que pasó no sé siquiera si yo mismo puedo perdonarme... No quiero volver a ser la causa de tus recaídas, ni de tus lágrimas. Pero... al menos quiero que sepas que... de verdad lo siento.

Finalmente guarda silencio, aún no me suelta pero yo hice que lo hiciera, debía enfrentarlo. Me di vuelta y noté su rostro empapado por las lágrimas, él intentó limpiarse mientras se cubría con ambas manos.

-Que arrogante -solté llamando su atención, apenas baja sus manos yo rodeé su cuello con mis brazos y oculté mi rostro en su pecho-. ¿Crees que me desmayé por lo que hiciste? Que tonto eres. No te creas tan importante, Oikawa.

Lo escuché soltar una corta risa antes de aferrarse a mí nuevamente y rodear mi cintura con ambos brazos mientras escondía su rostro en mi cuello, atrayendo nuestros cuerpo aún más. Aún así repetía una y otra vez que lo sentía.

-Si no estuviera pensando en perdonarte... no estaría aquí en primer lugar.