Capítulo 18

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Salí bostezando del autobús con el abrigo de, según yo, Iwaizumi sobre mis hombros mientras me tallaba los ojos con cansancio. Los chicos del equipo salen después de mí en mi mismo estado, todos adormilados, pero creo que algunos seguían durmiendo solo que caminaban sonámbulos. Miré cuando salió Iwaizumi, iba a darle su abrigo, pero me detuve en seco al notar que él tenía el suyo puesto. Todo el sueño se esfuma y solo queda la duda, observé a todos los chicos en busca de quien no traía su abrigo, pero todos tenían los suyos puestos. Entonces, del autobús sale Oikawa, siendo el único sin su abrigo...

Abrí los ojos al entender todo completamente y sentirme tan avergonzada que el rostro me empezaba a arder por el enrojecimiento. Cubrí mis ojos con ambas manos y me di vuelta queriendo esconderme.

-¡_________-san! -miré a un lado, pero antes de darme cuenta, fui tacleada por todas las chicas de mi equipo.

-Chi..chicas... no... respiro -traté de decir.

-¡¿Cómo nos pusiste hacer esto?! -me reclaman ellas.

-¿Hacer qué? -pregunté fingiendo demencia por completo.

-¡Irte con ellos sin nosotras! -apunta Chinami, miré atrás y vi a los chicos hablando entre sí y bajando sus cosas del autobús.

-Ah... eso... -murmuré-. Tengo una excelente excusa, pero no podré decirla si me siguen matando por falta de aire.

Todas se levantan de encima finalmente y yo pude levantarme del suelo y sacudir mi ropa para quitarme la suciedad.

-Lo siento por eso, chicas, ellos me invitaron y yo solo pensé en animarlos. Pueden venir a comer con nosotros si quieren.

Ellas dejan su enojo atrás para abrazarme efusivamente.

-¡________-san! -dicen sonriendo.

-Hey, _________-chan -todas se alarmaron y suspiraron embobadas al ver a Oikawa acercarse.

-¡Oikawa-san! -exclaman las chicas.

-Oikawa... -me quité el abrigo y se lo tendí-. Es tuyo... ¿no?

-Sí, justo venía a pedírtelo. Gracias, _______chan -sonríe tomando su abrigo. Sentí el momento en que sus dedos rozaron con los míos al hacerlo y fue como sentir un hormigueo más intenso.

-G..Gracias... por dármelo -traté de decir sin tartamudear o sonrojarme demasiado.

-Cuando quieras -responde con un inesperado guiño antes de irse junto a los chicos.

En ese momento no pude contenerme más y sentí mi rostro completamente sonrojad, pero sacudí la cabeza para apartar esos pensamientos y volví a mirar a mis compañeras quienes me miraban con tantos celos que seguro quisieran matarme.

-¡_________-san... que suerte tienes! -dice Emiko.

Sonreí levemente apenada mientras me rascaba la nuca e intentaba formular alguna palabra coherente para defenderme, pero al no tener nada qué pudiera salvarme ahora, solo suspiré y decidí ignorar la situación como siempre.

-¿Nos vamos? -pregunté.

Las chicas dejan salir un gran resoplido al unísono al saber que estaba intentando evadir la situación, asintieron en respuesta finalmente para dejar esto por la paz. Nos acercamos a los chicos quienes ya se veían más animados, encontré mis cosas a un lado, en la gran pila con todas sus pertenencias y lo agarré.

-Vamos chicos, o nadie llegará a comer algo -apenas acabé de exclamar y en un abrir y cerrar de ojos todos estaban listos y preparados para ir a comer.

No pude aguantar el no reírme por sus ansias de aceptar comida sin tener que pagar por sus platos. Comenzamos a caminar hacia un restaurante cercano, uno muy bueno. Juntamos varias mesas para que todos podamos entrar y nos sentamos todos juntos.

-No más ténganme piedad, por favor -pedí entre lloriqueos.

Ellos me sonríen como niños buenos que no rompen ni un plato. Al menos ya estaban más animados y olvidaron haber perdido el partido. El equipo pidió su comida y me sorprendí al ver que de verdad fueron piadosos conmigo esta vez.

-Diosito gracias -hablé con las manos juntas y mirando al techo, consiguiendo que los chicos se rían por mi reacción.

-Ya te quebramos el otro día, ahora teníamos que ser generosos -menciona Takahiro. El resto asintió dándole la razón y yo les sonreí agradecida.

-Ehem -me tensé al escuchar a las chicas, al mirarlas ellas me estaban escudriñando con la mirada- ¿"El otro día"?

Me reí nerviosa y me oculté bebiendo de mi bebida y apartando la mirada, aún podía sentir la de ellas sobre mí, pero ya no decían ni hacían más que mirarme así.

-¡Oh! -de repente Akane toma mi mano derecha-. Que linda pulsera, _________-chan... ¿De dónde lo sacaste?

La miré horrorizada luego de casi atragantarme con mi bebida, ella solo me miraba con maldad. Claro... ella era pura maldad. La fulminé y volví a murmurar cosas sin sentido gracias a los nervios que me provocaban las miradas asesinas de las chicas que veían la pulsera y luego a mí, intercaladamente y exigiendo una explicación. Instintivamente miré de reojo hacia Oikawa quien sonríe cuando volteé a verlo, él también esperaba que dijera que él me había dado la pulsera.

-Ay, miren allí, ya viene nuestra comida -exclamé consiguiendo que todos atendieron a eso y yo pude suspirar aliviada.

Salvada.

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