Capítulo 26

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Miré por la ventana de la clase como las chicas se iban a entrenar mientras yo guardaba mis cosas en mi bolso. Suspiré hondo y me colgué la mochila en el hombro para luego salir de la clase. Bajé escaleras mientras iba pensando en qué hacer estos días si no podía jugar, pero entonces mi cabeza comenzó a dar vueltas por lo que tuve que agarrarme con fuerza de la baranda a un lado al desequilibrarme y casi caer.

-Ugh -murmuré llevándome la mano a la frente por instinto.

Apenas el mareo se había calmado, seguí bajando las escaleras con más tranquilidad y llegué hasta afuera del edificio para luego salir de la escuela. No tenía tantas ganas de ir a mi casa aún, así que, llegué hasta un parque lindo y tranquilo, incluso había personas jugando básquet animados. Sonreí levemente y fui a sentarme en el pasto junto a un árbol, suspiré el aire fresco y cerré los ojos por un momento.

Pero al tener los ojos cerrados fue como una invitación para un nuevo mareo, me sentía desequilibrada a pesar de estar sentada, maldije por lo bajo recordando la razón de mis mareos y mi estado actual, molestándome con Vera por esto.

-Que horrible que existan ese tipo de personas -murmuré para mí misma-. Y solo por un partido...

Si bien un partido puede ser muy importante, no hay que buscar que la otra persona se lastime. Es patético y nada profesional. Los verdaderos deportistas no buscan ese tipo de cosas.

Me levanté luego de un rato calmando mi molestia, para ir a por algo de tomar. Volví a colgarme el bolso al hombro y levanté la mirada. Abrí más los ojos al ver a los chicos del Seijoh pasando justo frente al parque, sonreí y caminé hacia ellos para saludar.

-¡Hey! ¡Cuidado! -escuché.

Me di la vuelta de inmediato y la una pelota de básquet yendo hacia mí, pero sin darme tiempo a hacerme a un lado, solo atiné a levantar mis brazos para cubrirme el rostro y que no fuera un impacto tan directo... sin embargo, no sentí nada.

-Tengan más cuidado, chicos. -abrí los ojos finalmente y vi con alivio la espalda de él... Lo reconocí sin la necesidad de prestar atención a la camiseta del Seijoh o el número uno en ella.

Él les devuelve la pelota a los chicos más jóvenes que no dejaban de disculparse hasta irse corriendo a jugar de nuevo. Apoyé la mano en mi pecho sintiendo mi corazón acelerado por el susto que me había llevado. Joder... si esa pelota me hubiera golpeado, ¿cuánto daño me habría hecho? No puedo correr ese riesgo ahora.

-________-chan... -levanté la mirada de nuevo, tratando de calmar mi respiración-. ¿Estás bien?

Lo miré aún atónita, pero finalmente reaccioné para calmarme. Suspiré profundo y asentí en respuesta.

-Sí... Gracias, Oikawa... -él sonríe al escucharme, pero ambos escuchamos pasos rápidos acercarse hacia nosotros.

-¡_________-san! -los chicos aparecen rápidamente y luciendo preocupados luego de presenciar lo que estuvo por pasar.

Los chicos comenzaron a rodearme, Iwaizumi fue el más alterado y me tomó por los hombros para luego comenzar a ver si mi cabeza estaba bien, pero al comprobar que no me había pasado nada, chasquea la lengua molesto y mira con enfado hacia los chicos que jugaban básquet.

-Voy a... -lo corté.

-No harás nada, tranquilízate -respondí sonriendo-. Fue un accidente que por suerte, y gracias a tu capitán, no ocurrió nada.

Se cruza de brazos y aparta la mirada aún con enfado acumulado por los niños de la pelota y por no querer admitir que Oikawa había hecho algo bueno por mí.

-Bien. -dice al fin-. Que alivio que nada pasó.

-Sí, que buena reacción de nuestro capitán -menciona Akira con una sonrisa y los demás asienten dándole la razón.

-Si no fuera por él... -Kindaichi me mira aún preocupado-. ¿Estás segura de que estás bien _______-san?

Asentí rodando los ojos pero sonriendo enternecida por su preocupación algo pesada pero que me hacía reír.

-Gracias por preocuparse chicos, pero estoy bien, en serio.

Los chicos se miran algo dudosos pero terminan por aceptarlo y asentir en mi dirección para terminar con esto de una vez.

-¿Y.... Qué hacías aquí, ________-chan? -pregunta Oikawa.

-Pues nada, no tenía ganas de volver a casa así que vine aquí -respondí encogiéndome de hombros-. Iba a ir por algo de tomar justo ahora.

-Te acompaño desde ahora -afirma Iwaizumi.

Entré en modo dramatismo enseguida y junté las manos y ladeé la cabeza apoyando mi mejilla en mis manos.

-Mi protector, tan atento y considerado -dije provocando la risa de todos los demás, aunque a los segundos me les uní-. Pero gracias. No me vendría mal un poco de compañía.

Él asiente luego de rodar los ojos.

-Yo igual iré, también quiero algo de tomar -menciona Oikawa de la nada volteando a verme para sonreírme. Tragué con dificultad mientras sujetaba un mechón de mi cabello y apartando la mirada.

-Bien... si eso quieres... -dije ocultando mi nerviosismo-. ¿Y ustedes? -pregunté hacia el resto de los chicos.

-Hm, no podemos, tenemos que estudiar si queremos seguir en el equipo -responden los de primer año aburridos y quejosos.

-Yo tengo cosas que hacer -responden los otros igual de quejumbrosos.

-Está bien, será para la próxima -les aseguré.

Ellos sonríen y asienten ansiosos de que llegue ese momento en el que nos juntemos a tomar algo todos juntos de nuevo.

-Nos vemos, ________-san -se despiden ellos al igual que yo y luego miré a los otros dos que me acompañarían.

-¿Nos vamos? -pregunté.

Ellos asienten finalmente y se ponen a ambos de mis lados. Salimos a la calle y fuimos a buscar una cafetería que a los tres nos agradara. La verdad.... me sentía tranquila y con ganas de reír un poco, pues me sentía alguien importante, porque tenía a dos chicos gigantes y fuertes cuidando de mí, y sin descartar el hecho de que ambos son muy guapos. Algunas personas que pasaban a nuestros lados se nos quedaban viendo, o más a los chicos. Suspiré sonriendo y miré una cafetería.

-¡Vamos allí! -exclamé enseguida ya que era mi cafetería favorita. Ni siquiera les di tiempo de responder cuando los tomé a ambos de las manos y los hice trotar para llegar.

-________ no deberías de correr, puedes... -interrumpí a Iwaizumi.

-Solo corro por un pequeño tiempo, Iwa-kun, tampoco estoy haciendo tanto esfuerzo -respondí parando frente a la cafetería. Me di vuelta y me crucé de brazos para reclamarle en broma-. Además... ¿Crees que no puedo aguantar nada ahora?

-¿Huh? Eso no es... -Oikawa se ríe de Iwaizumi y este frunce el ceño para luego golpearlo.

-¡Iwa-chan, que cruel! -se queja Oikawa y yo me reí de ambos.

-Era broma Iwa-kun, ahora entremos.

CAPITANES || Oikawa Tooru x Tú ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora