Capítulo 36

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Corrí por todos lados de la escuela hasta llegar e irrumpir en el vestidor del gimnasio en donde estaban las chicas preparándose, todas se detuvieron para ver cómo me entraba agitada.

-Por fin, por fin, por fin, por fin ¡Por fin! -exclamé pegando un gran salto de la emoción que me causaba la noticia recién dada por el médico- ¡Jugaré en el partido!

Las chicas exclamaron emocionadas igual que yo y se aglomeraron a mi alrededor para felicitarme y agradecer el tenerme de regreso, pues claro, no es lo mismo sin la capitana del equipo. Todas estábamos tan felices, igual la entrenadora y la profesora.

-Solo ten cuidado -menciona Chinami y todas asintieron estando de acuerdo con ella, pues aún estaba algo preocupadas.

-Claro que lo tendré, pero no me pidan que baje a mi emoción, ¡porque no se puede! -respondí saltando de nuevo y consiguiendo hacer reír a todas las demás.

-Bien, entonces cámbiate para entrar a la cancha, capitana -la entrenadora me hace entrega de la cinta de capitana, la cual tuve que delegar a Akane mientras no podía jugar, pero ahora la tengo de vuelta.

-Entonces que bien que vengo preparada -agarré la cinta y mostré que traía mi uniforme bajo mi ropa diaria.

Las demás se ríen por mi emoción mientras yo me preparaba por completo y me colocaba la cinta en el brazo, el mismo en el que había usado la pulsera... se siente raro ahora el no tenerla escondida en mi manga compresora.

Suspiré volviendo a ver a las demás y prestándoles mi atención, discutimos un poco la estrategia que usaríamos para el partido al cual ingresamos cuando llegó el momento. Las chicas entraron antes que yo, pues tuve que tomarme un tiempo porque ¡finalmente volví! Se sentía tan bien entrar con el equipo con la cinta en el brazo, como una jugadora más. Sonreí y entré a la cancha siendo recibida por una oleada de aplausos, gritos y más festejos que aumentaron cuando me vieron. Las chicas y yo no éramos las únicas que me extrañaban jugando.

Miré en las gradas y vi a mis padres que pudieron venir hasta Tokio. Finalmente pusieron en segundo plano su trabajo para venir a verme... Pude ver también a la gente de la televisión y como nos daban la bienvenida junto al otro equipo, pero podía ver mi rostro en la pantalla, escuchaba a los reporteros cuando nos apuntaron con las cámaras y explicaron mi situación en el partido pasado.

Hice una mueca con el ceño fruncido y haciendo aquellos labios de pez mientras me cruzaba de brazos.

-¿Tienen que recordarlo? -murmuré provocando las risas de las chicas.

-¡_________-san! -me giré enseguida y vi a los chicos y chicas de Karasuno y a los chicos de Seijoh.

Los saludé con la mano emocionada hasta que mi vista se detiene en Oikawa y no pude evitar suspirar levemente.

-_________ -la entrenadora me advierte justo cuando golpeé contra uno de los postes de la red por mi desatención.

-¡Deja de golpearte! -me reclaman todas las de mi equipo e incluso los de la hinchada.

-¡Lo siento! ¡Estoy bien! -exclamé levantándome y acercándome a la entrenadora y demás-. No se preocupen, esta vez nada hará que me aleje de la cancha.

-Me alegro de que estés con buenos ánimos y nueva fortaleza, _________... Pero, ¿cómo te sientes de verdad? -pregunta la entrenadora esperando una muy buena respuesta.

-Bueno, siendo que me quitaron los privilegios de jugar por mucho tiempo pues.... ¡No se atrevan a sacarme por nada del mundo o no se los perdonaré jamás!

-Entonces dices que estás mucho mejor, ¿no? -pregunta la entrenadora con una sonrisa segura. Asentí en respuesta y ella aplasta una pelota contra mi pecho-. Entonces demuéstralo.

Mi sonrisa se amplía, volví a asentir y le entregué la pelota a Akane mientras trotábamos hacia la cancha para empezar el calentamiento. Le apunté hacia arriba a Akane cuando me posicioné para que levantara con gran altitud, ella asiente estando de acuerdo y se posiciona. Corrí, salté y remate tan fuerte que se escuchó por todo el gimnasio hasta sonar incluso más fuerte que toda la hinchada junta.

Miré mi mano roja y la cerré en un puño.

-Bien, fue un poco leve, perdí práctica -mencioné para luego notar cuando las chicas del equipo contrario perdieron color hasta volverse blancas como la leche y caer al suelo todas juntas.

Akane sonríe y deja escapar una risa a carcajadas al igual que las chicas y la entrenadora y profesora. ¿Por qué se están riendo? ¿Qué dije o qué? Bueno, de todas formas no importa. Nosotras seguimos calentando. Hasta que nos hicieron detenernos para que el partido de comience.

Estábamos listas. Yo estaba más que lista.

La capitana del otro equipo y yo nos encontramos frente a frente y nos saludamos. Estaba tan emocionada que ya quería que comience el partido, mientras que a ella se le notaba nerviosa. Al final se decidió que nosotras comenzábamos. Nos saludamos con el resto del equipo y nos posicionamos. Me tocaba sacar.

Suena el silbato y yo suspiré profundo. Lancé la pelota y para golpearla. Fue rápido y nos conseguí un punto directo.

-¡Ugh! Pero fue desviado -me quejé por la mala dirección que tomó la pelota mientras movía mi brazo en círculos para relajar mis músculos y que se adecuaran de nuevo.

Las chicas se ríen nuevamente y las del otro equipo me miran nerviosas de nuevo. Volví a sacar consiguiendo otro punto. Hasta que llegó el tercero, el cual fue un mal saque por mi falta de entrenamiento y ellas pudieron recibir con dificultad.

Pero por fin volví a un partido.

CAPITANES || Oikawa Tooru x Tú ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora