La entrenadora estaba igual de orgullosa que yo por nuestras chicas tan fuertes. El partido continuó y gracias a las chicas, el marcador se igualó, no tardaron en entrar en Deuce. Podía sentir como este tiempo en la banca me había ayudado más de lo que había pensado, me sentía mejor, y el hielo en mi rostro calmó el dolor del golpe.
-Estarán bien -afirmé cerrando los ojos.
-Claro que sí, pero estaría bien que las miraras mejor -dice la entrenadora llamando mi atención. Abrí los ojos de nuevo y las vi inconformes, me miraban de vez en cuando, incluso Mei-. Quieren que vuelvas.
-Es que así son ellas -respondí-. Pero, a veces hay que ver qué es lo mejor para el equipo, Mei lo está haciendo genial.
-¿Cómo te sientes ahora?- Pregunta la entrenadora.
-Como si me hubieran cambiado las pilas -respondí animada.
-Que bien -aplasta la paleta con el número de Mei en frente pecho-. Entras.
-¡¿Huh?! -la entrenadora y profesora me hacen levantarme-. Pero...
-Querías ganar esto desde la cancha, ¿no? -cuestiona la entrenadora-. Bueno, este es tu momento.
-Sé que no debería, pero... -la profesora se me acerca-. Ve allá y enséñale quién eres y de qué estás hecha. Destrúyela.
Su severidad me sorprendía tanto que me dejó sin palabras, pero una mano agarra la mía que sujetaba la paleta con el número, llamando mi atención nuevamente, era Mei, me sonreía ampliamente y el árbitro hizo sonar el silbato.
-Adelante, capitana -dice Mei confiada.
La miré por un momento, antes de pasar la mirada a las demás chicas y luego a la hinchada. Resoplé aceptando la realidad y entregándole el número a Mei.
-Lo hiciste muy bien, pero lo lamento, Mei, me encargaré desde ahora -dije sonriendo y apoyando la mano en su hombro, su sonrisa se ensancha.
-Por favor.
Ella y yo cambiamos de lugar, volví a pisar la cancha y la hinchad gritó con euforia y emoción, miré a Akane a mi izquierda quien asiente con la cabeza, preguntándome si estaba mejor, le devolví el gesto para confirmarlo y ella sonríe.
-Pero miren quién regreso...
Volví la mirada al frente, ver a Vera ahora ya no me causaba nada, ni siquiera molestia. Toda la cancha estaba hecha un griterío y llena de aplausos al momento hasta el momento.
-¿Escuchas eso? -sonreí de lado colocando mi mano tras mi oreja-. Es el sonido de tu derrota, ahora que volví a la vida no tienes ni la más mínima oportunidad. Capitana.
-Tsk -ella aprieta los puños, pero ambas nos posicionamos cuando el silbato sonó.
-Espero que estés preparada mentalmente o tengas el número de un psicólogo -hablé caminando hasta atrás, me pasaron la pelota y la atrapé con una sonrisa más amplia al volver a sentirla ligera.
-Has un buen servicio -me anima Akane confiada. Asentí decidida.
Comencé a hacer rebotar la pelota mientras me preparaba al igual que las demás, el silbato sonó y yo la sujeté con firmeza. De reojo miré mi muñeca derecha, hacia la pulsera oculta pero que no olvidaba ni un detalle.
"Esfuérzate".
Lancé la pelota hacia arriba y salté para golpearla con fuerza y precisión. Vi la sonrisa de Vera al ver la supuesta trayectoria de mi saque.
-¡Fuer...!
La pelota clava justo enfrente de la línea blanca, aún dentro de su cancha. Vera abre los ojos de par en par al ver que habíamos conseguido un punto directo. Se volvieron a escuchar los gritos y aplausos, Vera voltea a verme y yo sonreí recibiendo de nuevo la pelota, pero entregándosela a Emiko, al ser la siguiente en sacar al rotar.
-¿Volví en mal momento? -cuestioné divertida mientras ella apretaba cada vez más sus dientes y puños. Creo que le veo una vena saltando en su frente.
El segundo saque consiguieron levantarlo, nos posicionamos al instante volviendo a sentir la tensión del partido. El marcador, 32 - 32. Esta vez las chicas hacían hasta lo imposible para evitar que fuera yo la que hiciera el mayor esfuerzo y me canse primera. Ignorar a Vera hizo que eso la fastidiara y la hiciera molestar aún más, lo cual fue una victoria para mí. Sin, embargo, no podía estar tranquila ya que cada vez que ella tenía la pelota pareciera que iba contra mí queriendo golpearme.
El sudor bajó por mi frente al ver que ella sacaba. Me miraba como si yo fuera su objetivo. Lanza la pelota con fuerza, pero yo la recibí sin problemas.
-¡Akane! -la llamé posicionándome.
Ella levanta la pelota enseguida hacia mí, corrí y salté para luego golpear la pelota y conseguir un punto más que nos hizo festejar al igual que a la hinchada.
-Solo un punto más... solo uno -murmuré sonriendo, volviendo a posicionarme.
Chinami sacaba, ellas reciben el saque y nos mantuvimos con la pelota en el aire por más tiempo. Comenzaba a desesperarme que cada remate o finta, la alcanzaran. Y lo mismo pasaba con Vera, pero siendo ella más afectada por la frustración, las mías se mantuvieron en ser frustraciones normales de un juego.
Ella me miraba furiosa al ver que yo parecía ser la más tranquila por eso mismo. Se la pasaron a ella y noté esa sonrisa como si planeara algo ilegal, golpeó la pelota que fue directamente a mi rostro, alcancé a cubrirme como pude siendo con ambos brazos y levantar la pelota.
-¡Akane! -la llamé y ella aparece con rapidez y se la pasa a Emiko.
Apreté los dientes con fuerza. Vera estaba realmente loca. Bloquearon a Emiko, Chinami alcanza la pelota y Akane la levanta en mi dirección, salté para rematar, pero entonces la mano de Vera aparece frente a la pelota, más cerca de lo que debería y luego sentí un gran golpe en mi rostro que me hizo caer al suelo, siendo mi cabeza lo primero en golpear contra este.
Apoyé mis brazos contra el suelo para intentar levantarme, aunque solo alcanzaba a sentarme con ayuda de mis manos. Mi vista estaba borrosa y cada vez se hacía más oscura, pero quería saber el resultado de lo que hizo. Escuché el silbato del árbitro. Habían visto perfectamente como la mano de Vera cruzaba la red y golpeaba la pelota que fue contra mi rostro, no fue un bloqueo y eso estaba prohibido. Por lo que el partido terminó y nosotras ganamos.
Todos comenzaron a festejar, pero las chicas se me aglomeraron, apenas podía escuchar el festejo de la hinchada cuando toqué levemente mi cabeza y al ver mis dedos tenían unas cuantas manchas de sangre. El golpe había sido realmente fuerte, incluso quería llorar, pero estaba demasiado cansada como para hacer siquiera eso.
-¡_________...! -se espantan las chicas al ver la sangre que incluso escurría un poco por mi rostro. La entrenadora corre hasta mí, pero yo veía hasta Vera, quien se veía hasta sorprendida por lo que había hecho.
-¿Esto es lo que querías... Vera? -cuestioné sintiéndome mareada y con dolor de cabeza-. Chicas... yo... no me encuentro muy bien...
Apenas pude decir aquello sin siquiera pensar mucho en lo que estaba balbuceando cuando mi vista oscureció y toda la fuerza en mi cuerpo desapareció, solo pude sentir el momento en que el frío suelo hacía contacto con mi piel y las chicas me llamaban a gritos.
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CAPITANES || Oikawa Tooru x Tú ||
Fanfiction_________ es mejor amiga de Iwaizumi Hajime desde que eran unos niños y gracias a esa amistad surgió la suya con el famoso armador, capitánd del equipo masculino del Seijoh, Oikawa Tooru. Pero esa amistad termina por ser un amorío por este último, c...