Capítulo 30

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Un nudo apareció en mi garganta, mis ojos comenzaron a picar y mi cabeza a dar más vueltas de lo normal. Di unos cuantos pasos hacia atrás mientras apoyaba mis manos contra mi frente y llamaba la atención de Akane.

-¿________? -Akane me toma por los hombros pero el mareo no paraba y además, el dolor punzante empeoraba como me sentía.

Tenía tantas emociones ahora mimo y sentía muchas cosas al mismo tiempo, por lo que la idea de ir a la enfermería ya no me resultaba tan mala después de todo. Sacudí la cabeza levemente y volteé a ver a Akane sonriendo.

-¿No íbamos a la enfermería? Vamos, o tendremos que volver a clase -mencioné comenzando a caminar entre toda la gente que seguía llegando para ver lo que ocurría. Akane intenta decirme algo pero no sabe qué-. Tranquila... era un poco obvio.

¿A quién engañaba? Era tan fácil saberlo... Era tan obvio que yo misma sabía lo que iba a pasar antes de subir a esa rueda de la fortuna. Debí negarme... quizás si lo hacía no estaría sintiéndome así ahora, no me dolería tanto el pecho.

-_________... -me detuve al momento en que su mano sujetó mi muñeca.

Al frente vi a Iwaizumi y al resto de chicos del equipo, al igual que las chicas del equipo. Akane abre los ojos sorprendida y al igual que Iwaizumi se veían a punto de golpear a Oikawa. Suspiré para calmarme y me di la vuelta finalmente para encararlo, agarré la mano de Oikawa y la aparté de mi muñeca tranquilamente.

-Oikawa... La próxima vez que pienses en besar a otra persona, deberías decírmelo antes de besarme a mí... -escuché los jadeos de sorpresa de los demás, pero limpié mi rostro en vano y levanté la mirada para sonreír-. Así me hubieras dado la oportunidad de rechazarte y evitar pasar por esto ahora. Porque... ¿sabes? Es doloroso.

Mi voz se rompe al final sin dejarme decir todo lo que pensaba, limpié mis lágrimas de nuevo y vi la pulsera en mi muñeca. Con un suspiro más me quité aquel regalo y se lo entregué en la mano, apenas iba a soltarlo él me agarró para que no me fuera.

-No... espera... ______-chan, yo...

-Suéltame.

Mi exigencia severa lo hizo callar, no podía mirarlo porque sentía que verlo solo me dolería más, pero también sabía que lo había sorprendido por cómo aflojó su agarre en mi muñeca, la cual aparté aprovechando ese instante.

-No quiero ni verte -dije como último antes de alejarme de él.

Pasé por entre los demás para alejarme lo antes posible, escuché los llamados de Akane mientras me perseguía. Terminó por alcanzarme luego de bajar unos pisos, donde ya los pasillos estaban semi vacíos.

-_________... Lo siento, te juro que le daré su merecido por esto. Tranquila, yo me haré cargo.

-Akane... -solo alcancé a nombrarla cuando mi cuerpo se desvanece sobre el suyo, ella me sujeta pero se agacha hasta el suelo mientras me llama.

Pude ver a las chicas correr escaleras abajo para alcanzarnos, pero mi vista ya estaba oscureciendo. El dolor en mi cabeza era casi tan insoportable como el de mi pecho y lo único que me ayudó a calmarme fue el haberme desmayado.

***

***

-Se pondrá bien... -escuché la voz del mismo doctor que me atendió luego del juego. Podía sentir mi cuerpo acostado sobre una superficie suave mientras el olor fuerte del hospital me hacía saber en dónde estaba.

-Pero... ¿Qué le sucedió? -pregunta la que reconocí como mi madre.

-Es la culpa de ese idiota -espeta Iwaizumi entre dientes justo cuando pude empezar a abrir los ojos.

-No... no fue él -mencioné levantándome y sorprendiendo al resto. Mi mamá me abraza al instante mientras murmura aliviada de que esté despierta y lo suficientemente bien como para poder sentarme sin ayuda.

-¿Por qué dices que no fue él? Si fue su culpa -cuestiona Akane igual de enfadada que Iwaizumi, negué con la cabeza en respuesta.

-Desde hace unos días comencé a sentir mareos. Supongo que este es el resultado por eso -mencioné.

-¡¿Por qué nunca lo dijiste, idiota?! -me reclama Iwaizumi.

-Lo siento... -rasqué mi nuca nerviosa-. Creí que solo serían por unos días, hoy iba a ir con Akane a la enfermería por eso mismo, pero... pasó lo que pasó.

-Ciertamente, los mareos pueden ser el mayor causante de tu desmayo, pero... también tu desborde de emociones. Recuerda que te diste golpes fuertes en la cabeza, así que tu cerebro todavía se está recuperando de eso, debes tener más cuidado.

Asentí comprendiendo las palabras del doctor.

-Claro, esta vez avisaré cualquier cosa que tenga -respondí sonriendo levemente.

Akane, Iwaizumi y mi madre me miraron serios y preocupados. El doctor me dejó salir luego en un par de pruebas y al notar que era capaz de levantarme y caminar con normalidad.

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