La Primera Prueba

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Después de dos días desde aquella extraña sesión de fotos, Septimus recibió la respuesta de parte de su madre:

Septimus,

Me alegra volver a saber de tí. Pero lo que mencionaré con antelación será lo que respecta a Dumbledore; Haces bien en desconfiar de él, incluso te hubiera recomendado que te niegues a tal cargo, sin embargo, sería lo suficientemente sospechoso como para que envíe vigilantes a seguirte. Será mejor que continúes con ese papel, de ese modo, le será mucho más difícil desconfiar de tí o de nuestras familias, pues es algo más que obvio que muchos allí preferirían mantenerse lejos de Artorius y de tí, pero, como consejera; os digo que deberéis veros como estudiantes normales, aunque claro, sin renunciar al trato normal, pues sí sería sospechoso tal acto. 

Hablando de Orion, hace apenas unas semanas fui a visitar a su padre, en Grimmauld Place, pero será mejor que no se lo menciones, pues tengo la sospecha de que Black quiere mantener a su hijo alejado de las Artes Oscuras, además de que en su habitación pude notar varios libros de aquella magia. Sé muy bien cómo es tu relación con él, por lo que te recomiendo, sabiendo el aprecio que le tienes, que intentes alejarlo de todo aquello que por tantos años lo dañó, y que ninguno de nosotros dos pudo evitar. 

Desde aquí, todos los Lestrange te recuerdan que no olvides en seguir al pie de la letra el plan que se te encargó, porque como sabes, podría costarte algo más que la vida. 

P.D: Tu padre y tío están planeando algo relacionado a ti que tal vez en algún momento te interesará saber, sin embargo, me lo guardaré hasta que esté completamente comprobado.

Con mi más sincero aprecio, tu madre

Mérula Avery


Por obviedades, Septimus no pudo evitar pensar en aquel otro plan que su padre y tío tenían planeado, aunque, podría esperarse cualquier cosa por parte de su "querida" familia; desde la idea de convertirse en cebo para que todos los mortífagos de Azkaban escapasen, hasta la mínima idea de abandonar Hogwarts para sólo obedecer las órdenes de Voldemort. Todo era posible con tales parientes, sin embargo, sólo optó por levantarse del césped en donde estaba recostado casi al mediodía, y caminar hacia el interior del castillos, la biblioteca específicamente, lugar en donde había quedado con Fleur. 

Tenía pensando responderle a su madre más tarde, por lo que sólo guardó la carta en su túnica, y después de peinar su cabello hacia atrás, algo que ya comenzaba a ser una extraña obsesión, se adentró en los pasillos del castillo. 

Solía utilizar los pasillos que la mayoría de los estudiantes evitaban, por lo que casi siempre caminaba en un agradable silencio. Sin embargo, mientras estaba a punto de girar en una intersección, una voz lo llamó:

- Septimus - llamó la voz masculina con un acento escandinavo que el nombrado comprendió inmediatamente de qué sitio provenía. 

- ¿Sí? - dijo con educación mientras detenía su paso y volteaba, encontrándose con el simio Krum número dos. 

- Hola...yo...te estaba buscando por todo el castillo, pero es como una un laberinto  - titubeó con un fuerte acento que marcaba las R.

- Ya me encontraste ¿Qué? - expresó secamente y con desinterés.

- Quiero hablarte de Orion...de algo que ocurrió con Orion - decía con nervios, incluso evitaba la mirada del Lestrange.

- ¿Qué pasa con él? Vuestros problemas no me importan, así que mejor que se esté muriendo, porque si no me estarías haciendo mal gastar mi tiempo - se cruzó de brazos. 

El Heredero de Regulus Black (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora