Después de la primera reunión Mortifaga luego de 14 años, Septimus y sus padres regresaron a su hogar, a pesar de que Narcissa los había invitado a cenar. El joven Lestrange podía llegar a sentirse poderoso con tener el control, pero no era idiota, sabía que Voldemort podría descartarlo en cualquier momento.
Lucius les había entregado dos entradas para que Septimus y Mérula pudieran entrar adecuadamente al Campeonato sin levantar más sospechas de lo normal.
Con tranquilidad pasó la noche en la que en su mayoría Septimus había pasado mirando por la ventana, durmiendo dos o tres horas probablemente. Su madre notó aquello debido a las ojeras que se habían formado debajo de los profundos ojos de su joven hijo, aunque no preguntó ya que las razones eran obvias. Todos estaban nerviosos en la Mansión Lestrange, especialmente Rabastan, quien se quejaba por no poder ser parte.
- Papá, haznos el favor de callarte y dejarme pensar, por favor - Septimus se permitía tomarse bastantes libertades desde que fue nombrado Mano Derecha del Señor Tenebroso, y uno de esos permitidos era no tener que ocultar lo que verdaderamente quiere decir, aunque siempre con la educación que lo caracterizaba.
- ¿Cómo iremos? - preguntó Mérula sin darle importancia a la mirada que su esposo le dedicaba, claramente esperando que le dijera algo a Septimus acerca de la forma en la que le hablaba - ¿Aparición? -
- Podemos utilizarla esta vez - dijo el menor - Iremos a un lugar común con magos de todo el mundo, al contrario de la Mansión Ryddle -
- Bien, saldremos en veinte minutos - anunció la mujer para luego irse por el pasillo.
Todo esto ocurría en el amanecer anaranjado, pero poco a poco fue la noche fue cesando y el sol alcanzó todo su bello esplendor en el cielo despejado de nubes. Mérula y Septimus estaban listos para partir. La mujer portaba un abrigo largo de color negro, mientras que su hijo llevaba un traje del mismo color.
Septimus tenía en sus bolsillos internos ambas varitas que utilizaba, aunque la del Auror sólo era por si acaso algo malo ocurría. Ambos estaban en la sala, preparados para aparecerse. Mérula alzó su brazo para que su hijo lo tome, lo que él acató al instante.
El joven pelinegro sintió como si lo tomaban desde el interior de su cuerpo, y lo metía dentro de un remolino. Segundos más tarde ya se encontraba frente a cientos de tiendas, y magos de todo el mundo, aunque claramente los colores de Bulgaria e Irlanda resaltaban en la mayoría. Tanto Mérula, como Septimus evitaban las multitudes Búlgaras, pues parecía una pelea de simios con un insoportable acento.
El menor aún se sentía algo mareado por la Aparición, pero aún así mantuvo su postura y rostro inexpresivo. No tardaron mucho en hallar a los Malfoy, quienes por seguridad sólo se limitaron a asentir en su dirección.
Caminaban a través de las tiendas y de los fanáticos, esperando poder llegar al estadio de una vez por todas, pero al Septimus girar su cabeza hacia la izquierda se encontró con lo último que podía esperar en aquel día; Eran Orion y el Trío de Oro, junto a otro adolescente bastante parecido al idiota de Viktor Krum, por lo que el Lestrange dedujo que se trataba de Nikolai. Pero lo que más lo destrozó fue cuando Hermione le dedicó una cálida y radiante sonrisa al Black, quien parecía estar presentando a ella y al Búlgaro.
El pelinegro sólo soltó un suspiro, apretó los puños, y continuó caminando como si no hubiera visto nada, pero en realidad había visto más de lo que quería al utilizar la Legeremancia en Hermione. Supo que todos había estado en la casa Weasley, quienes los invitaron a ver la Copa Mundial, luego un beso con Orion, y fue en ese momento cuando salió rápidamente de ese trance para volver a concentrarse en su misión.
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El Heredero de Regulus Black (En edición)
FanficSeptimus Sarvolo, un joven al cual le dan todo, pero lo dejan sin nada. Toda su infancia fue una pequeña mentira la cual vivió a la plenitud, hasta que llegar a esa antiquísima casa lo hace abrir los ojos. Su primo, casi como un hermano para él, se...