XXXI

1.2K 186 129
                                    

Subió en su auto desesperada, no tenía ánimos de conducir. Se reclinó en el asiento, abrió la ventana, llevo su temblorosa mano hasta la guantera del auto. Saco una caja de cigarrillos, tomo uno y lanzó la caja a un lado, lo encendió y le dio una larga calada.

Soltó el humo y cerró sus ojos. Se había vuelto dependiente de aquella nicotina presentada en un pequeño cilindro. Trato de calmar su agitada respiración, sus manos aún temblaban.

━¿Lisa? ━apareció el rostro de la castaña asomado por la ventana.

Jennie, estaba evidentemente preocupada, su rostro lo reflejaba. Miró como la pelinegra, que lucía mal, abría sus ojos lentamente y la veían. Su preocupación aumentó, aquella mirada era perdida, vacía.

━¿Por qué te alejaste? ━la pelinegra no emitía palabra alguna, sólo volvió su rostro al frente y continuó fumando━. ¿Qué sucede Lisa? ━la castaña miró a todos lados y abrió la puerta del auto━. Vamos conduciré hasta tu departamento.

Lisa, no reprochó, se deslizó al asiento del copiloto y fijó su mirada en la ventana.

Jennie subió, encendió aquel Ford Mustang, y se puso en marcha. Había aprendido a conducir en su adolescencia gracias a su padre, quien le enseñó en un viejo Toyota.

━No deberías fumar ━aconsejó mirando de reojo a la pelinegra━. ¿No sabes los efectos que tiene ese mal representado en miniatura?

━Lo sé ━murmuró la pelinegra quien fijó su mirada al frente━. Irónicamente detrás de la caja señalan las consecuencias de fumar ━hizo una pausa y continuó━. Seria de mucha utilidad que también llevemos detrás escrito las consecuencias de andar con nosotros.

Lisa, tenía una forma peculiar de expresarse, o eso pensaba la castaña. No había mantenido una conversación profunda con ella, Lisa era de pocas palabras. Y eso la hacía más enigmática, y a Jennie le encantaba resolver enigmas. Sabía que detrás de aquella mirada vacía, había un espacio ocupado por un pasado que, de seguro, desbordaba su mente.

En todo el camino Lisa, mantuvo su mirada al frente, no había dicho ni una palabra más, después de aquel comentario. Jennie por su parte no quiso forzar una conversación, así que se mantuvo concentrada en el camino.

Una vez llegaron, Jennie acompañó a Lisa hasta su piso. Ésta entró y fue directo hasta el sofá donde se acostó, parecía agotada. Como si llevará días trabajando de sol a luna. Jennie, se debatía si irse o no, aunque aquella mujer no se lo pidiera, era obvio que necesitaba de alguien.

Miró aquel espacio tan lujoso y vacío, que acompañaba a Lisa en su soledad. Se acongojo por ello, por lo menos ella tenía una escandalosa amiga que acompañaba sus noches. Volvió su mirada al sofá donde yacía Lisa y decidió quedarse.

━Prepararé algo de cenar ━le advirtió a Lisa, pero esta mantenía sus ojos cerrados.

Jennie suspiró y se encamino hacia la cocina. Aquella cocina valía por cinco o más, si la comparaba con la suya que era estrecha. Camino deslizando sus manos por la isla de la cocina. Luego de admirar aquel espacio comenzó a rebuscar entre la nevera, y la dispensa. Fue colocando lo que necesitaba sobre la isla.

Pasada media hora la estancia ya estaba impregnada por un apetitoso aroma. La castaña cocinaba con sumo conocimiento, con Nayeon no se daba el gusto de preparar más que Ramen, o platillos fáciles.

Terminó de cocinar y comenzó a colocar la cena en el amplio comedor. Una vez terminó aspiró profundamente.

━¿Por qué hay tantas sillas dispuestas alrededor de esta larga mesa? A la final ni Lisa debe comer en ella.

Sʜᴀᴅᴏᴡ (El comienzo)→JᴇɴʟɪsᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora