Cada beso en su tibia piel la hacían estremecer, de la cabeza a los pies. Aquellos labios parecían fríos, pero su suavidad era exquisita. Como una mariposa que se posa de flor en flor, Lisa recorría su abdomen desnudo.
Se sentía como en un estado de laxitud, sentía debilidad en sus manos, pero se atrevió a llevarlas hasta la cabeza de aquella mujer que estaba estacionada en su vientre. Posó sus manos en la cabellera para luego sentir como aquella mujer, de una manera hábil, tomaba sus manos y las llevaba por encima de su cabeza.
─Tú mantente quieta y disfruta ─musitó en su oído, haciendo erizar su piel, mordió su labio al sentir como aquella mujer comenzaba a morder el lóbulo de su oreja.
─Lisa... ─pronunció aquel nombre alargando la última sílaba.
─¿Qué? ─preguntó sobre sus labios─. ¿Qué quiere Srta.?
─Quiero que... ─soltaba el aire con cada palabra─, que me beses y me hagas tuya.
─Tus deseos son mis deseos ─aquel tono de voz gélido pero que ahora sonaba seductor hizo enflaquecer a Jennie.
Si sólo con las caricias de aquellos labios sobre su piel le parecían irreales y placenteros, sobre los suyos parecían la cosa más dulce y a la vez ácida, lo más sensible pero salvaje a la vez, lo más desquiciado pero tranquilo.
¿Así se sentía un beso lleno de tormenta y calma? Porque para Jennie, sí.
Aquellas hábiles manos se desplazaron moldeando su cintura, se detuvieron al borde de aquel encaje. Jennie sintió el vació en sus labios, el cual fue llenado con aquella mirada lujuriosa.
Lisa se separó de su cuerpo y se situó de rodillas entre sus piernas, sus manos jugaban con el borde de aquella ropa interior, que separaba su piel del infinito placer. Arqueó su pelvis hacia delante, acto que la pelinegra captó como una invitación.
─Me sorprende su desmesura ─al momento en que la castaña iba a responder, Lisa terminó de quitar aquella prenda. El frío invadió aquella zona desnuda─. Luces, apetecible...
Jennie, sintió un cambio notorio en su respiración que ahora era anhelante de más oxígeno. Se deleitó con la manera en que aquella pelinegra la miraba, como si fuese un exquisito manjar. Lisa alzó su rostro y la miró, terminó de acercarse y dejar claro en aquellos labios el deseo que sentía.
─Te daré tanto placer que posiblemente puedas desfallecer ─admitió acelerando más su corazón, que ahora lo sentía en su estómago.
─Lisa... ─aquella mujer decidió saborear su cuello donde dejó una marca─. Lisa... ─aquellos labios paseaban por su abdomen acercándose peligrosamente a su zona sensible─ ¡Lisa!
─¡Jennie! ─unas gotas de agua frías salpicaron su rostro, haciéndola salir de aquel trance. Miró a todos lados fijándose en su amiga quien la miraba con una sonrisa ladina y un vaso de agua entre su mano─. Creo que no debí haberte despertado.
─¿Despertado? ─preguntó la castaña desconcertada.
─Sí, Jennie. Te quedaste dormida en el sofá, yo me desperté hace poco y te vi murmurando cosas y... moviéndote de una manera comprometedora.
─¿Qué dices, Nayeon? ─se sentó al borde de aquel sofá asimilando lo que estaba pasando─. ¿Qué hora es? ─preguntó masajeando su rostro.
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Sʜᴀᴅᴏᴡ (El comienzo)→Jᴇɴʟɪsᴀ
Fanfiction✨ FINALISTA en los premios Wattys 2021✨ LIBRO ₁ ¿Realmente nos conocemos? Obviamente, no. Sin embargo siempre hacemos suposiciones sobre los demás, creyendo con esto que conocemos a quienes nos rodean, pero no. Lisa, una mujer de actitud hostil, hur...