Sʜᴀᴅᴏᴡ (El comienzo)→Jᴇɴʟɪsᴀ

X

Una noche cualquiera, anunciaba el terminar de un día, para luego dar inicio al conteo de otro, por medio de horas, minutos y segundos. Y con ese conteo, se acortaban los días y se incrementaba la ansiedad y la inquietud de la castaña.

Se acercaba el día donde, no sólo finalizaría su primera semana de pasantía, sino que también se acercaba el día donde haría entrega de aquel artículo en el cual fue comprometida, por parte de la pelinegra.

Sobre aquella mesita en su departamento, estaba tratando de concertarse, se sentía presionada. No quería hacer un artículo paupérrimo, quería impresionar a Lisa. Sabía que aquello no era fácil, y más teniendo en cuenta la pésima relación que ambas habían creado.

Vagaba su mirada del computador a un block de notas, de él hacía algunas revistas que tenía esparcidas por la mesa. Su compañera, Nayeon, se mantenía riendo cada instante a causa de un programa de Tv que estaba viendo. Pero aquello molestaba a la castaña, quien, a cada risa de su amiga, afincaba más su lápiz en aquel block.

─¡¿Podrías por favor hacer silencio?! ─no aguantó más y explotó en un grito. Su compañera cesó su risa de inmediato y volvió su rostro hacía la castaña, quien lucía fúrica.

─Lo siento Jennie-ssi ─murmuró mientras apagaba aquella Tv.

La castaña cerró sus ojos mientras ladeaba su cabeza estirando su cuello. La peli marrón la miró notando que lucía exhausta, dudó por un momento, pero a la final se decidió por acercar.

─¿Quieres que prepare un té? ─ofreció.

─Hum... sí, está bien.

─Bien, iré a prepararlo ─se dio la vuelta en dirección a la pequeña cocina.

─Sabes, Nayeon, que sea café ─repuso al momento en que su amiga procedía a montar la tetera─. El té me alimentará el sueño por medio de la relajación, y es lo que menos quiero. Quiero amanecer aquí si es posible, pero tengo que terminar.

─¿No crees que estás exagerando? ─preguntó desde la cocina.

─Para nada. Ya te he contado lo suficiente de esa mujer, para que estés consciente de que me juego mucho con este artículo.

─Bueno no está mal que te exija ciertas cosas, pero a la final estas para aprender.

─Y para demostrar, Nayeon.

Su amiga se le quedo observando, de todo el tiempo que llevaba conviviendo con la castaña, muy pocas veces la veía tan decidida en algo. Ella siempre la alentaba y le hacía ver que tiene un gran talento en el ámbito periodístico, pero esta vez se sorprendió de verla tan decidida.

«Quizás sólo hacía falta que encontrase a alguien que la retara realmente», pensó la peli marrón, a manera de conclusión sobre aquella actitud de su amiga.

─Te veo muy decidida en esto, Jennie-ssi.

─Y lo estoy ─murmuró mientras tecleaba en su computador.

─Lo digo porque te veo, y no veo en ti aquella Jennie, insegura de sus capacidades.

Aquella chica tomó asiento al frente de una muy concentrada castaña, quien soltó una exhalación de cansancio y la miró.

─No creas que dentro de mí no están aquellas inseguridades, estas del todo no están perdidas, están allí. Es sólo que... no puedo refugiarme en ellas, de lo contrario ¿cómo pretendo ser la mejor cuando dejo que las inseguridades actúen por mí? No podré dar todo lo que puedo dar si yo misma me encierro.

─Siempre te dije eso.

─Lo sé, y agradezco eso. Ahora sólo me queda demostrar ─admitió para seguir tecleando.