Un calor sofocante golpeaba en aquellas horas que marcaban la mitad de un día, lo que llevó a que una pequeña cabellos castaños oscuros, se reposara debajo de la sombra de un gran árbol.
─¡Lisa! ─gritó un hombre con aspecto un tanto repugnante─. ¡Babo! ─comenzó a reír al ver que aquella niña se acercaba con mala cara.
─Le he dicho que no me llame de esa manera, mi nombre es Lisa ─espetó fúrica aquella pequeña, ganándose una mirada fulminante por parte de aquel hombre.
─¿Cómo te atreves a levantarme la voz de esa manera? ─elevó su mano y le propinó una bofetada a la pequeña.
Aquella niña sólo volvió su rostro al frente y miró desafiante al hombre frente a ella, quería llorar por aquel dolor ardiente en su mejilla, pero no se lo permitió, no le quería dar el gusto.
─Ven acá, dame el dinero ─zarandeo a la niña y le quitó unos billetes que llevaba consigo en sus bolsillos─. Debes estar trabajando, no aquí acostada como una vaga.
Aquel hombre tomó los billetes y los comenzó a contar. La niña sólo lo miraba, aquel hombre no era muy alto, era gordo, cabello canoso el cual ya estaba abandonando aquella cabeza haciéndolo notar calvo en el copo de la misma, su ropa fácilmente podía definirlo. Terminó de contar y miro a la niña.
─No conseguiste lo suficiente está vez ─se acercó hasta la pequeña y se inclinó hasta quedar a la altura de esta─, así que esta noche no cenas ─expresó de una manera burlona para luego comenzar a reír y dejar entrever aquellos dientes amarillentos de mal aspecto.
─No es justo ─murmuró, mientras aquel hombre sólo reía─. ¡No es justo! ─gritó al momento en que le daba un pisotón al hombre.
─¿Cómo te atreves?
A la pequeña no le alcanzó a reaccionar cuando ya estaba siendo cargada por aquel hombre quien la llevó hasta un callejón y la arrojó, ocasionando que esta se lastimara sus codos al caer de espaldas.
─Te quedarás ahí, y verás cómo te devuelves a casa ─se dio la vuelta y comenzó a caminar, hasta detenerse y volver su rostro─, y si es que lo logras, te aseguro que no te dejaré entrar ─comenzó a reír─. Y ten cuidado hay muchos maleantes que quieren abusar de niñas.
─¡No, no, no! ¡por favor, no me dejes aquí! ─gritaba pavorosamente.
─No, no ¡No! ─gritó aquella mujer quien se sentaba rápidamente en su cama, su respiración era agitada, y estaba bañada en una capa de sudor, ocasionando que el cabello negro se adhiriera a su rostro.
─¡Maldita sea! Otro sueño.
Aquella mujer se puso de pie rápidamente y se dirigió al baño. Abrió aquellos cajones desesperada y revolvía todo en búsqueda de algo. Abrió la repisa y tomó lo que buscaba, era un pequeño frasco del que sacó un par pastillas y se las llevó a su boca con su mano temblorosa.
Se dirigió al lavamanos y abrió el grifo, se enjuagó su cara y luego volvió su rostro hasta encontrarse con su reflejo en el espejo. No le gustaba lo que veía, tenía grandes ojeras, y su aspecto no era del todo bueno.
─¡Agh! ─soltó un gruñido a la vez que su puño derecho impactaba en aquel reflejo de su rostro.
No bastó mucho para que su mano se ensangrentara rápidamente, llenando de rastros de sangre aquel lavamanos y parte del piso del baño.
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Sʜᴀᴅᴏᴡ (El comienzo)→Jᴇɴʟɪsᴀ
Hayran Kurgu✨ FINALISTA en los premios Wattys 2021✨ LIBRO ₁ ¿Realmente nos conocemos? Obviamente, no. Sin embargo siempre hacemos suposiciones sobre los demás, creyendo con esto que conocemos a quienes nos rodean, pero no. Lisa, una mujer de actitud hostil, hur...