XIII

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Todo tiene una forma de hacerse a tal punto de hacerlo parecer fácil. Como es el caso de armar un rompecabezas, hacer un sudoku, o armar un cubo de Rubik. Sólo es cuestión de práctica y dedicación. Pero, para Jennie se le estaba haciendo complicado descifrar a Lisa Manoban.

Acostada en aquel sofá y con un cubo de Rubik entre sus manos pensaba, no en cómo armar aquel Rubik, sino en qué quería aquella mujer hosca. De por sí había solventado su problema económico, aquellas pasantías eran bien pagadas, por lo menos lo suficiente para solventar sus gastos mensuales y darse uno que otro gusto.

Pero, no todo resulta ser perfecto en la vida, cuando solventas un problema, te aparece otro. En este caso, para Jennie, era Lisa y su actitud y comportamiento para con ella. Había pasado ya un mes desde que inició sus pasantías.

Para su suerte, como ella lo creía, desde aquella conversación con la pelinegra en la oficina de Rosé, no se la había vuelto a encontrar, por lo menos no físicamente, porque en su mente vagaba frecuentemente.

El sonido de la puerta acompañado de un saludo peculiar, ni siquiera logró despabilarla, se mantenía enajena de lo que a su alrededor ocurría.

─¡Hey Jennie-ssi! ─saludó en un tono más alto con el fin de captar la atención de la castaña, quien se apoyó en sus codos y desvió su rostro hacia la cocina donde su amiga se disponía a desembolsar lo que supone, eran las compras del mes.

─¿No habíamos quedado en que haríamos las compras juntas?

─Sí, sí ─respondió haciendo ademán con su mano─. Pero, pensé que llegarías tarde hoy al salir de Elite, y como salí temprano del trabajo aproveché ─la castaña soltó un suspiró de cansancio y se dejó caer de nuevo por completo en el sofá.

─Bueno, luego haré mis compras ─moduló sin mucho interés.

─Por cierto, Jennie-ssi, antes de comprar, me paseaba por la calle y no creerás lo que vi en una vidriera ─aquella peli marrón se mantenía hablando desde la pequeña cocina mientras la castaña estaba perdida en su mundo─. Aunque de seguro ya lo sabes. Bien el punto es que ─sacó de su bolso una revista─, tengo la revista de Elite.

Nayeon, advirtió que su amiga estaba acostada en aquel sofá sin prestarle el más mínimo interés, se encogió de hombros y siguió hablando muy alegremente.

─Supongo que ya tienes la tuya ¿no? ─no espero a que aquella respondiera y prosiguió al momento en que fijaba su atención a la revista que sostenía en sus manos pasando las páginas─. Pude ojearla un poco mientras estaba en el autobús, pero... aquí está, este artículo me llamó la atención ─se acercó hasta la castaña quedando detrás del sofá─, y es porque se parece mucho a tu redacción. Mira se titula La Monarquía de la Moda.

La atención de Jennie fue captada al instante en que su amiga pronunció aquel título. Título que ella le había dado a su artículo, el cual Lisa le había exigido.

Se sentó avivadamente y tomó aquella revista de las manos de su amiga quien la miró extrañada. Jennie buscó aquel artículo y se detuvo a leerlo, mientras más leía menos creía aquello. Cómo era posible que su artículo quedara publicado en aquella edición de Elite, revista reconocida en toda Asia.

─No puede ser ─pronunció cada palabra como si dictará a un pequeño que apenas comenzaba a escribir.

─¿Qué, Jennie-ssi? ─la peli marrón rodeo aquel sofá y se sentó a los pies de la castaña a la espera de una explicación.

─Es mi artículo ─admitió alzando su vista hacia su amiga, quien ante su confusión hizo una peculiar mueca con su boca arrugando su nariz al momento. Miró a la castaña quien tenía una mirada despavorida.

Sʜᴀᴅᴏᴡ (El comienzo)→JᴇɴʟɪsᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora