La pelinegra miraba fijamente a la castaña, quien trataba de no mostrar sus inquietantes nervios. Comenzó a pasearse por aquella oficina, deteniéndose detrás aquella inquietante chica.
─Su artículo es de los peores que he leído, y digo peores para que no se sienta única en la clase ─un malestar de nervios ligados con molestia, invadían a la castaña.
─¿Puede decirme por qué lo cataloga de esa manera? Tampoco creo que merezca un calificativo así.
─¿Ah no? ¿Debo de mentir? Si miento, no estaría alimentando sus ganas de hacerlo mejor. Claro, si lo ve de ese modo. ¿O es de las personas que se toman todo a mal y se rinden? Es así ¿no? Sólo le gusta oír lo que quiere.
─No es así ─admitió entre dientes mientras se daba la vuelta para enfrentar a la pelinegra.
─Entonces ¿cómo es? ─aquella mujer alta se acercó más a la castaña, quien la miraba fúrica, estaba cansándose de la actitud de aquella mujer─. Su artículo es muy banal Srta. Me alegra de no haber esperado mucho.
─¿Sabe cuánto me esforcé en la elaboración de este artículo, como para que venga a menospreciarlo de esa manera? ─cada vez que aquella mujer alta se acercaba, la castaña no retrocedía ni se intimidaba, por el contrario, se acercaba también.
─Me vale, era lo que debía hacer ¿o no?
La castaña no aguantó más aquella actitud de la más alta, se exasperó a tal punto de intentar golpearla con ambas manos los hombros de aquella. Pero tal intento fue en vano, pues la pelinegra la tomó por ambas manos y la detuvo al momento en que la acercaba por completo a su cuerpo.
─¿También resultó ser agresiva? ¿Hum? ─murmuró a escasos milímetros de los labios de la castaña, a quien su respiración se le volvió más superficial e inestable.
─Puedo resultar ser muchos adjetivos, que incluso usted desconoce ─repuso sin apartar su mirada de aquellos ojos.
─Demuéstrelo entonces.
Aquello fue una invitación con ambivalencia, y la castaña lo sabía. Sintió la tibia exhalación de la mayor golpear sus labios, cerró los ojos sintiendo aquella sensación agradable a su parecer. Se decidió por acercarse más y culminar aquello en un contacto...
─Jennie ¡Jennie! ─escuchaba una voz lejana que la llamaba, y que poco a poco se acercaba─ ¡Jennie!
Abrió sus ojos sorpresivamente al sentir un grito muy cercano a su oído, asió su rostro lentamente mientras dejaba caer sus lentes. Tardó en entender dónde estaba, miró a todos lados. Fijó su vista en donde su rostro había reposado incómodamente, miró aquellos papeles regados por la mesa, su computador...
─Jennie ─giró su rostro y miró a su amiga quien estaba despeinada, con un pañuelo de cocina sobre su hombro y una cacerola entre su mano, la cual tenía un contenido que se disponía a batir─. Es tarde, me acabo de despertar, y te vi allí. Llevo pocos minutos llamándote. Me quedé dormida, nos quedamos dormidas
─¿Me quedé dormida? ─se preguntaba así misma aún adormilada. De repente se puso de pie ocasionando un chirrido de la silla al empujarla─. ¡Me quedé dormida Nayeon! ─gritó mientras se llevaba ambas manos a su cabeza.
Comenzó a correr por aquella sala de un lado a otro, tomó su teléfono y miró la hora; eran las siete y media de la mañana.
─¡Dios! No me dará tiempo de nada, tengo que estar a las ocho ─comentaba de manera desesperada.
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Sʜᴀᴅᴏᴡ (El comienzo)→Jᴇɴʟɪsᴀ
Fanfiction✨ FINALISTA en los premios Wattys 2021✨ LIBRO ₁ ¿Realmente nos conocemos? Obviamente, no. Sin embargo siempre hacemos suposiciones sobre los demás, creyendo con esto que conocemos a quienes nos rodean, pero no. Lisa, una mujer de actitud hostil, hur...