¿De qué sirve vivir en un lugar tan espacioso, cuando sólo lo habita una persona? Para Lisa, eso no era más que el reflejo de su alma; solitaria y vacía. Así era como se sentía, y más al llegar a su Pent-House.
Este era sumamente espacio, elegante, el piso de mármol blanco. Toda la fachada frontal, era cubierta por un cristal de puertas corredizas que daban a un balcón, dejando una vista panorámica de la ciudad; luna y sol se podían admirar desde aquella cúspide. Estaba amueblado con lo último en actualidad. Cosa de la cual Lisa, no estaba a cargo, sino su padrastro; Hyun Manoban.
Lisa, muy poco estaba consciente de todo lo que allí había. Muy poco pasaba tiempo dentro de aquella jaula de oro. Y cuando lo hacía, mayormente, era para dormir. Cosa que detestaba, porque en aquellos sueños habitaba su pasado tormentoso.
Al entrar en aquella amplia estancia, se quedó paralizada en medio. Miró a todos lados, como en busca de algo, o de alguien que la recibiese. Pero sólo había soledad, frío y penumbra. Sin quererlo, su mente ya la había hecho viajar al pasado, recordando una situación similar a la que estaba presenciando.
─¿Ya te vas? ─preguntó con cierto pánico en su voz.
─Sí, Lisa ─respondió aquel hombre alto, de fría compostura, rostro cuadrado y cabello espeso canoso.
─Pero, apenas estuviste un día ─aquel hombre que se encontraba ocupado colocando unos papeles en un maletín, miró a Lisa y prosiguió.
─Te he dicho que no te apegues a las personas jovencita.
─Lo sé Hyun, pero... he estado muy sola─
─Jung, estará por aquí ─comentó con fastidio mientras proseguía en lo suyo.
─E-es que he vuelto a tener─
─¿Hasta cuándo con los sueños? ─preguntó con cierta molestia─. Esa es tu forma de llamar la atención. No puedo quedarme, tengo trabajo que hacer.
Lisa comenzó a sentir un ataque de ansiedad. Aquel hombre ciertamente no era de estar en aquella gran casa. Pero a Lisa, le hacía falta compañía, sus noches eran una tortura. No hallaba en quien refugiarse.
─Debes de madurar jovencita. Ya tienes quince años, de los cuales tres lo has pasado conmigo. ¿Y aún no sabes cómo son las cosas? ─aquel hombre reprochaba, aumentando más su tono de voz, y los nervios de aquella joven.
─Espero que Yang mí, no me llame cada mañana para contarme de tus ataques ─prosiguió acercándose a la chica, la tomó por el mentón para que levantara su rostro y lo mirase─. Otros ataques como los de siempre, y te mandaré de una vez a un sanatorio mental, veo que las terapias no están ayudándote. No seas cobarde, y enfrenta la realidad, acepta lo que tienes. Si es soledad entonces lidia con ella.
Dicho aquello tomó sus cosas y salió de aquel despacho, dejando a Lisa en un estado de ansiedad. Salió de aquella oficina y fue hasta su cuarto, cerró aquella puerta fuertemente. Se tiró bocabajo en su cama y soltó un grito de frustración.
Se puso de die, respiraba superficialmente, sentía que le faltaba el aire, y que una ola de escalofríos, de muy mal gusto, invadían toda su piel. Bajo su mirada y observó cómo sus manos temblaban incontrolablemente.
─N.-no basta, no de nuevo... ─decía con voz temblorosa y entrecortada por cada inhalación de oxígeno.
Miraba a todos lados, aquellas paredes parecían cerrarse entre sí, obligándola a estar atrapada. Fue retrocediendo hasta chocar con la pared. Llevo sus manos a la cabeza y soltó un grito ensordecedor. Se dejó caer en el piso sentada.
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Sʜᴀᴅᴏᴡ (El comienzo)→Jᴇɴʟɪsᴀ
Fanfic✨ FINALISTA en los premios Wattys 2021✨ LIBRO ₁ ¿Realmente nos conocemos? Obviamente, no. Sin embargo siempre hacemos suposiciones sobre los demás, creyendo con esto que conocemos a quienes nos rodean, pero no. Lisa, una mujer de actitud hostil, hur...