Sʜᴀᴅᴏᴡ (El comienzo)→Jᴇɴʟɪsᴀ

IV

Sentada en aquel puesto trasero de un taxi, se encontraba la castaña. Aquel espacio se le hacía más pequeño mientras pasaban los minutos, su impaciencia ligada a sus nervios, se iban acrecentando.

Llevaba alrededor de veinte minutos en el mismo lugar, aquel auto no se había movido más de cinco metros. La cola de autos era gigante, y más en un horario como aquel, donde todos salían a sus jornadas habituales. El sonido de las constantes bocinas, ya estaba alterando a la castaña.

─¡Dios! ¿Por qué hoy? ─exclamaba la castaña impaciente. El conductor del auto la miró por el retrovisor.

─Disculpe Srta. Pero dada mi experiencia como conductor, me permite el conocimiento necesario como para deducir ─volvió su rostro al asiento de atrás y miró a una castaña airada─, que esto se llevará mucho tiempo.

─¡Agh! ¿Esto no puede estar pasándome?

Aquel conductor volvió su vista al frente y comenzó a reír, aquello llamó la atención de la castaña, quien desvió su vista de la ventana hasta aquel sujeto.

─¿Qué le causa tanta gracia? ─preguntó con cierta molestia.

─Nada ─contestó para continuar riendo.

La castaña sólo lo miraba con molestia, como si no era suficiente aquel inconveniente que estaba presentando y que la haría llegar tarde a tal importante cita, ahora tenía que lidiar con las burlas de aquel hombre.

Bufó y luego una idea pasó por su mente. Tomó sus pertenencias, que constaban de una simple cartera y una carpeta, procedió a abrir la puerta del auto, captando con esto la atención del conductor.

─¡Hey! ¿A dónde cree que va?

─Adonde se me dé la regalada gana ─admitió con molestia para luego cerrar la puerta.

Miró a todos lados para tratar de ubicarse, notó que estaba considerablemente lejos de Elite, calculo mentalmente cuánto le tomaría llegar. Como era una fiel corredora de los fines de semana, supo de inmediato que llegaría tarde a la cita.

─Srta. ─apareció aquel sujeto frente a ella.

─¿Qué quiere? Estoy retrasada no me quedaré ahí sentada para ser su centro de distracción y su burla, permiso ─intento pasar de largo, pero fue detenida por aquel hombre.

─No se irá sin antes pagarme ─la castaña zarandeo su brazo causando que aquel hombre la soltara.

─Pero qué... ─comenzó a reír con sátira por aquella petición absurda─. No le pagaré nada, apenas condujo un par de cuadras, que muy fácilmente las hubiera caminado.

─Y no las caminó, yo la traje. Así que págueme ahora.

─No le pagaré ─repuso firmemente la castaña.

─Será mejor que lo haga, o llamaré a un oficial de policía.

Aquella discusión se estaba tornando litigante para ambas partes, algo que a la castaña no le estaba gustando, aquello le estaba consumiendo tiempo, tiempo del cual no disponía.

─¿Sabe qué? ─la castaña comenzó a rebuscar en su cartera sacando un monedero.

─¿Qué? ─respondió de mala gana aquel hombre.

─Tenga su dinero, espero se haga muy rico con el -tomó un billete y se lo arrojo para luego salir en dirección contraria.

─¡Maleducada! ─gritó aquel hombre ganándose una mirada fulminante de la castaña quien siguió su camino luego de esto.