XX

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Uno, dos, tres y hasta cuatro puñetazos impactaban sobre aquel saco de boxeo. Se tomaba cierta pausa y volvía a arremeter. Llevaba alrededor de una hora efectuando aquella práctica. Era su manera de drenar, la manera de descargar aquella ira que se adueñaba de su cuerpo.

En un lugar tan amplio y bien equipado, no podía faltar un gimnasio. Era allí donde estaba la pelinegra. Donde el único sonido que había, era producido por el contacto de aquellos guantes sobre el saco de boxeo, acompañados de algunos gruñidos de Lisa.

Había una serie de máquinas dispuestas al uso de Lisa. Pero ella, solía utilizar más aquel saco de boxeo. Se sentía más relajada luego de dedicar una sesión de golpes.

─Srta. Una llamada para usted ─apareció una señora, baja, con mirada juzgadora, labios comprimidos en una línea, y cabellos totalmente canosos atados en un moño.

─¿Quién? ¿Es Hyun? ─preguntó quitándose aquellos guantes.

─No. Es de vigilancia. Parece que tiene visita ─recalcó lo último en un tono un tanto desdeñoso.

Lisa, tomó aquel teléfono, le pareció extraño aquello. Normalmente recibía visitas de Rosé, o Jisoo, pero estás ya estaban notificadas en la entrada de vigilancia. No era necesario que llamaran para notificar sus visitas. Lisa, no recibía a nadie más que aquellas dos. Tampoco acostumbraba a llevar sus amantes hasta allá, pensaba que aquello daría alas a las chicas en cuestión. Y también porque aquella Señora, iría con el cuento a Hyun, lo que se traducía en reproches.

─¿Bueno? ─habló apartándose de aquella mujer, que la miraba a detalle.

─Srta. Manoban. Habla Kwan, jefe de vigilancia. Hay una joven llamada... ─hizo una pausa mientras susurraba a alguien─ Jennie Kim. Dice querer hablar algo con usted. ¿La conoce?

Lisa estaba meditando aquello. ¿Jennie? ¿De visita hasta su casa? Aquello le pareció sumamente extraño. Desvió su mirada hacía un lado, advirtiendo la presencia de aquella mujer. Volvió su vista al frente y habló.

─Sí. Déjela pasar. Que alguien le indique el piso.

─Bien. Que tenga buena tarde.

Colgó y mantuvo el teléfono entre su mano. Sintió un toque en su hombro derecho. Volvió su rostro encontrando a aquella señora.

─Tenga Young mi ─le devolvió el teléfono─. Dentro de poco una chica subirá, recíbala en la sala de estar. Luego se puede retirar ─amagó con caminar, pero se detuvo─. Ah, y antes de que lo pregunte, la visita es por algo referente a la compañía. Espero no recibir un reproche por parte de papá.

Como si nada hubiese pasado Lisa, tomó sus guantes y prosiguió en lo suyo. Aquella mujer echó un último vistazo para salir. Lisa miró de reojo que aquella mujer se marchaba. Dio unos cuantos golpes más y paro.

Tomo asiento en una pequeña silla, mientras tomaba agua. Estaba haciendo tiempo para la llegada de aquella chica. Su mente fraguaba diferentes motivos de aquella repentina visita.

La señora volvió aparecer, pasado varios minutos.

─La Srta. ya la espera en el recibidor ─hizo una reverencia─. Me retiro.

Lisa no se molestó en despedirse de aquella mujer. Se colocó de pie tomando una toalla, seco parte de aquel sudor y salió. Pasando un largo pasillo, logró llegar al recibidor. Allí estaba la castaña, de espaldas con su vista puesta en aquella vista panorámica de la ciudad.

Antes de acercarse se dio el lujo de admirarla por unos instantes. Llevaba puesto unos pantalones ajustados, una chaqueta color caqui, y una bufanda que rodeaba su cuello. Comenzó a dar pasos, hasta quedar cerca de ella.

Sʜᴀᴅᴏᴡ (El comienzo)→JᴇɴʟɪsᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora