Capítulo 2

2.4K 351 88
                                    

—Baku...

—Que no me jodas.

— ¡Por favor!

Kirishima Eijirou tenía una gran sonrisa aún cuando enfrentaba un gran rechazo. Sero debía darle puntos a Bakugou por no ceder ante la mirada de cachorrito pateado del contrario.

— ¿Sigue con eso?

Kaminari Denki era quien le hizo esa pregunta, con una mirada entre preocupada y divertida hacía aquel par. Era rubio con un rayo teñido en el flequillo —el cual juraba falsamente que era natural— y tenía unos brillantes ojos dorados, bastante charlatán pero era un buen chico.

Ya era el segundo día de clases y le caía bastante bien. Se sentaba frente suyo y le hacía las clases de matemáticas más llevaderas con sus tonterías.

—Sí, no sabe darse por vencido —respondió girando la cabeza para ver a aquel par tan curioso.

— ¡Eso es porque Kirishima es un hombre que no se rinde! —exclamo Mina Ashido —Menos cuando se trata de alguien que admira.

— ¿Admira? —ladeó la cabeza confundido Kaminari — ¿A Bakugou?

El azabache podía entender porque el rubio se encontraba tan incrédulo, ¿por qué alguien tan sonriente y amable como Kirishima Eijirou sentiría admiración por Bakugou Katsuki? El cenizo ya le había demostrado a toda la clase el tipo de personalidad que tenía, nadie se le acercaba exceptuando a Midoriya Izuku quien parecía inmune a la rabia del otro pero tampoco era como que pasaran mucho tiempo juntos.

Mina Ashido tenía la piel bronceada y el cabello rosado, se reía con ganas y no tuvo vergüenza de subirse a el pupitre de al lado de los muchachos con las piernas medio abiertas revelando que tenía un short negro debajo. Parecía apunto de contar el secreto más importante de la historia.

Ni Kaminari ni Sero tomaron en cuenta que eran la primera vez que hablaban con ella. Después de todo, Ashido se les acercó como si les conociera de todo el año escolar.

— ¿No han escuchado el rumor? Aizawa-sensei regaño a tres estudiantes por estar en una pelea con unos alumnos mayores pero no les impuso un castigo más severo. Solo un sermón —relató la femenina —Pero Aizawa-sensei es uno de los profesores más estrictos de Yuei. Una pelea equivale a una...¡expulsión! —aplaudió con fuerza para lograr un efecto dramático —Entonces, se dice que Aizawa-sense no expulso a esos chicos porque fueron los mayores los que iniciaron la pelea. Supuestamente, esos chicos estaban molestando a uno de nuestra edad y así se armó la pelea.

— ¿Y eso que tiene que ver con Kirishima y Bakugou? —interrogó Denki como si estuviera escuchando un cuento contado por su tía favorita.

Por otro lado, Hanta empezaba pintar un panorama que empezaba a tener sentido dentro de su cabeza. Ya que, bueno, él estuvo ahí. Lo presenció.

— ¿No es obvio? ¿Quienes faltaron a la ceremonia y en cambio ya estaban aquí, en el salón? —pestañeo con inocencia Mina y señalo con la cabeza a la punta del salón, donde el cenizo seguía tratando que el pelirrojo le dejará en paz —Kirishima tenía el labio partido y unas chicas me juraron que vieron a Bakugou y Midoriya tras el patio de la escuela durante la ceremonia, ¡ellos fueron los de la pelea! Por eso Kirishima quiere acercarse a Bakugou, porque él defendió a su amigo con coraje y valor.

La boca del rubio se transformó en un "o" y antes de que los otros dos se dieran cuenta pegó un brinco de su asiento para dirigirse hacía Katsuki y Eijirou que seguían discutiendo en la punta del salón.

— ¡Hey, Bakugou, Kirishima! —se tiró sin miedo a la espalda del cenizo como si se tratara de un koala — ¡Vamos a almorzar juntos!

— ¡¿Que carajos te pasa, imbecil?! ¡Bájate, bájate! —trataba de sacudirselo el cenizo.

Un interés inesperado [SeroBaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora