Un interés inesperado [SeroBaku]

Capítulo 43

Iida no estaba convencido pero la idea parecía divertida y la verdad, estaba a favor de ella. Solo temía por la seguridad de su hogar.

—Me parece bien —termino por aceptar —Pero sin alcohol de por medio.

Midoriya y Uraraka aguantaron la sonrisa y detrás de sus espaldas, cruzaron los dedos. Si Todoroki o Asui lo notaron, no dijeron nada al respecto.

Yaoyarozou soltó un suspiro divertido, agradeciendo que en esta ocasión vaya a ser otra casa la que quedará destrozada.

La clase A festejaba el breve interludio que tenían en sus estudios y se preparaban para el Halloween. No era una gran celebración pero los adolescentes disfrutaban de los maratones de películas de terror y que en economía doméstica les dejaran preparar más dulces de lo habitual.

Fue debido al descanso y gozo, que la idea de hacer una fiesta era tentadora. La castaña fue quien la propuso y recibió el inmediato apoyo de su amigo pecoso, mientras que los demás no tendrían nada en contra solo que no deseaban prestar sus hogares para una futura locura. Lo que dejó a Tenya como salvación, ya que su casa era lo bastante grande como para darles albergue.

Con él convencido, lo demás era solo planificación.

— ¡Lo prometemos! —exclamo la castaña —Sera una fiesta de disfraces y veremos películas de terror. Nada de alcohol.

—Cero —agrego Izuku divertido — ¿De qué sería tu disfraz, Uraraka-san?

— ¡Algo tradicional! —contesto Ochako —Como una bruja o una hechicera. Será divertido, ¡y el disfraz será obligatorio!

Shoto miro con cierta alerta a sus amigos cuando escucho eso. Tsuyu rió ligeramente y comento que se disfrazaria en pareja junto con su novio, que seguramente tendría una idea o dos para disfraces escalofriantes. El de lentes empezaba a sentir cierta inquietud, pero viendo a sus dos amigos tan alegres solo suspiró y se resignó a escuchar sus ideas.

Por otro lado, Momo se alejo un poco del grupo. Tenía un lugar al que ir y no podía permitirse llegar tarde. A la distancia, Kyoka le sonreía con aflicción y ella contuvo las ganas de pedirle que le acompañara. Con pasos firmes, salió del comedor y dio la vuelta en dirección a el patio trasero detrás del gimnasio de Yuei.

En toda su vida, ¿cuántas veces se había repetido aquel mismo escenario? ¿desde cuándo paso de sentirse halagada y agradecida a incómoda y con deseos de no presentarse? Claro que lo último nunca podría hacerlo, no se atrevería y era una falta de respeto hacia la otra persona.

Pero aún así, no puede negar que anhelaba algunas veces hacerlo.

La azabache saco la pequeña nota de su falda y sonrió tristemente, aunque ella no tenía ningún derecho a sentirse de esa forma. Ella no estaba por irse de ahí con menos dignidad u orgullo, ella no era quien iba a perder ahí.

No era quien iba a sufrir. Pero si era así, ¿por qué se sentía tan mal?

—Yaoyarozou-chan, sí viniste. Que alegría.

La mencionada levanto la cabeza al oír la voz masculins y vio al chico que le mando la nota. Parecía ser de tercer año y creía haberlo visto un par de veces en los pasillos, más no recuerda haber interactuado ni una sola vez con ese superior.

Pese a eso, sus modales le dictan sonreírle cortésmente y lucir relajada sin intenciones de correr de vuelta con sus amigos y la charla sobre los disfraces de Halloween.

—Era lo mínimo que podía hacer, sempai —hablo con voz solemne —Porque estoy aquí para agradecerle sus afectos y disculparme por no poder devolverlos —hizo una leve reverencia —Su carta fue muy bonita, le doy las gracias por ella.