Atravesar todo ese bosque bajo las indicaciones de Bakugou y Midoriya no fue lo difícil. Porque el pecoso explicaba todo muy calmadamente y el cenizo recalcaba como si los considerará -lo que hacía- idiotas el hecho de que debían ir en línea recta.
Eso no fue difícil.
Lo malditamente imposible fue sobrevivir a ese bosque de pint-ball y pozos, ¡pozos! El que pisaba uno terminaba cayendo colina abajo y teniendo que ser rescatado por sus compañeros.
Entre las víctimas de los pozos, estaban Jiro y Kaminari. La azabache piso uno que le hizo torcerse un tobillo y tuvo que ser cargada por Koda durante el resto del camino. El rubio por otro lado salto un pozo y termino cayendo a un costado, chocando su brazo derecho contra un árbol. Lo que lo dejo muy adolorido el resto del camino.
Después, todos los demás tenían pintura en la ropa. Sin excepción.
Sero en un inicio se preocupo por el cenizo y sus heridas. Quiso estar atento a él pero noto que sería más útil si tenía cuidado por su cuenta. Porque los ojos rojos siempre miraban a todos para ver que se lastimaran lo menos posible con las trampas.
Si el azabache demostraba ser capaz de cuidar decentemente de sí mismo, entonces Katsuki tendría una preocupación menos.
No era muy útil pero era algo.
Entre quienes tenían peores reflejos destacaban los chicos corpulentos de la clase A, Hagakure y Kirishima. El pelirrojo podía ser muy bueno en cuanto artes marciales pero su velocidad de reacción era igual de baja que la de los chicos más grande. Por otro lado, la femenina simplemente era torpe y muy lenta, lo que causó que estuviera cubierta de pintura en un menor tiempo que sus compañeros.
Aunque sin importar quién tuviera más o menos heridas todos estaban de acuerdo en algo. Estaban hartos de ese bosque, tenían hambre y querían irse a dormir de una buena vez.
El atardecer tiño el bosque de color naranja y los cansados alumnos finamente salieron a un claro, a una zona plana dónde había unas tres cabañas y su profesor junto con un par de mujeres esperando por ellos.
Una de ellas tenía el cabello castaño corto y lo que parecía ser un cronómetro que detuvo apenas todos los menores abandonaron el bosque y se desplomaron en el pasto.
-Dos horas con quince minutos -anuncio la femenina con una sonrisa -No está mal, no está mal.
- ¡Es un nuevo récord! -victoreo la rubia -Aizawa, tu clase es prometedora y tus alumnos bastante guapos.
Eso último lo dijo mirando hacía Shoto, Katsuki, Tenya e Izuku. Los cuatro tuvieron un escalofrío idéntico al oír la coqueta voz femenina.
Hanta lejos de sentirse celoso -sí, busco en internet esa sensación ácida aunque aún seguía sin entender porque se debía- encontró divertida la expresión de asco del cenizo.
-Clase, ellas son Shino Sosaki y Ryoko Tsuchikawa -presento Aizawa a las femeninas -Ellas junto con Yawara Chatora y Tomoko Shiretoko son parte de una empresa turística centrada en este tipo de lugares, aparte de ser un equipo voluntario en situaciones de rescate y benefactores de los animales, especialmente, hacen donaciones a refugios de gatos. Son alumnos graduados de Yuei, quienes invitan siempre a alumnos de su año a disfrutar un campamento en este lugar.
-Nuestra manera de darles la bienvenida es hacerlo bajar esa montaña -sonrió divertida Sosaki - ¿Lo tuvieron muy difícil?
-Nosotros podemos hacerlo en menos de treinta minutos -comento socarrona Tsuchikawa.
La clase A no tuvo ni ganas de hacer un comentario al respecto. Algunos simplemente se tiraron en el pasto y hasta esperar indicaciones no pensaban moverse.
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Un interés inesperado [SeroBaku]
FanfictionSero Hanta no entendía nada de nada. Y para su desgracia la única persona que podía ayudarlo era la causa de sus problema, Bakugou Katsuki. Así que sus únicas opciones eran preguntarle a Kaminari, Kirishima o Ashido porque cada vez que veía al ceniz...