Capítulo 44

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La habitación de Kaminari Denki era descripta como él mismo dueño, caótica y desordenada.

Bakugou gruño cuando apenas entró en el lugar pateó una remera y un bol con cereales que cayó al piso.

— ¡Que asco! Al menos limpia si nos vas a invitar, rata asquerosa.

—Kami...por favor dime qué mataste a alguien aquí y no que hay pizza podrida bajo tu cama —rogó Sero —Lo podré soportar.

—Diría que este no es lugar para una dama —puso sus manos en la cadera Ashido — ¡Pero ni los hombres deben vivir así! ¡¿Hace cuánto no limpias?!

—Quisquillosos, ¡no es mí culpa! —hizo un puchero Kaminari —Hace tiempo que no estaba aquí. Mayormente me quedo a dormir con Shoto. Generar odio en mí suegro lo hace infinitamente feliz.

—Aun así, aquí apesta —gruño el cenizo — ¡Trae una puta escoba!

—Mejor arrojamos una bomba —sugirió la femenina —No será gran pérdida.

El azabache se encontró de acuerdo con aquella propuesta, pero al igual que el rubio fue a buscar algo para ayudar con la limpieza en aquel lugar.

La razón para estar en la casa de Denki aquel día era una y solo una. Pasar tiempo en amigos y sin parejas.

Por supuesto, había una obvia excepción con el caso de Hanta y Katsuki.

De momento, Eijirou no estaba con ellos y para aumentar su preocupación el pelirrojo no se había presentado a sus clases en todo el día. Ni tampoco Yaoyarozou Momo, lo cual era desconcertante para toda la clase A.

Aún así, cuando le mandaron un mensaje él les contestó con que estaría ahí en hora y media. Por algún motivo, que ellos dudaban si malinterpretar o no, les pidió que tuvieran en su reunión algunas películas de comedia y algo de té verde o de menta.

Mina sabía que a la azabache le gustaban las comedias y que el té de menta la ayudaba a relajarse, pero se abstuvo de decirlo. Ochako le aconsejo que en ocasiones por mucho que lo deseara no debía meterse en ciertas circunstancias hasta que de diera el momento propicio. Por mucho que ellas y las demás estuvieran preocupadas por su amiga, si Momo no quería abrirse por ahora, lo respetarían.

El cenizo y la femenina se pusieron a ordenar el cuarto, con gestos de asco casi idénticos cuando tocaban las remeras sucias del rubio o alguna comida en estado de descomposición. Cuando el azabache llego con productos de limpieza y el rubio con una escoba, la habitación paso de ser un desastre a estar mínimamente presentable.

Ashido exigió acostarse en la cama luego del arduo trabajo y Kaminari saco unas colchas para poner en el piso. Sero se encargo de poner una película de terror en la laptop del rubio y Bakugou fue a hacer unos cuantos bocadillos para pasar la película. Cuando estuvo todo listo, empezaron a acomodar un par de cosas más.

Había una mesa ratona en la habitación, en la cual apoyaron la laptop que reproduciria la película. La hicieron para atrás para poder poner las colchas en el suelo y pusieron los platos con bocadillos sobre una de las mesitas de noche que había a los lados de la cama.

Denki se sentó contra la madera de su cama y se cubrió con un par de frazadas, pareciendo un niño chiquito mientras comía palomitas. Mina hizo algo parecido, solo que ella se tapó y se acostó a la orilla de la cama, dejando suficiente espacio para que Hanta y Katsuki se subieran también a la cama con las espaldas recargadas contra la pared y las piernas flexionadas hacía sus pechos.

El rubio reprodujo la película puesta. Una música escalofriante se empezó a escuchar junto con el ruido del crujir de las palomitas que estaba devorando el de ojos dorados. La femenina agarró más fuerte la cobija y el cenizo se acercó un poquito más hacía su pareja.

Un interés inesperado [SeroBaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora