Un día desastroso.

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La región dónde vivían sus abuelos maternos era bellísima y con paisajes agrícolas, donde ellos mismos y otros mayores jubilados cultivaban. La casa donde vivían tenía dos pisos y era pintoresca, de pura madera y estilo antiguo. Las paredes de color verde junto con un tejado de azul oscuro.

Sero adoraba pasar sus veranos en este lugar. Pero justo ahora tenía una gran urgencia por ir hasta donde estaba Bakugou.

¡Con su abuela peligraba!

—Hakun, relájate —le reprendió su abuelo al verlo tan distraído — ¿Que es lo peor que mí mujer podría hacerle a tu novio? A lo sumo lo someterá a un largo e interminable interrogatorio.

—Padre, no diga eso. Mí hijo se va a morir de la angustia.

Hanta ya se estaba muriendo de la angustia y su abuelo junto con su padre solo se burlaban de él a su costa dentro de ese bar en medio del campo. El café era bueno y hablar con su abuelo era un gusto para él, no importaba que fuera un adulto de veinte años. Aún disfrutaba de las charlas con su viejo y querido abuelo.

Pero abandono a su novio con su abuela en la casa.

¡Katsuki debía estar pensando en las una y mil formas de matarlo por eso!

Kenta suspiro divertido al ver a su hijo tan alterado y el mayor de todos no soporto verlo tan afligido. Metiendo su mano arrugada en su bolsillo del pantalón, saco un juego de llaves y se las extendió a su nieto.

—Llevate la camioneta —concedió el mayor —Pero como tenga el mínimo rasguño te haré limpiar el granero de las gallinas junto con ese noviecito tuyo.

— ¡Gracias, abuelo! —se paró abruptamente de la silla y miro con preocupación a los mayores al darse cuenta de algo — ¿Y ustedes como volverán a casa?

—Cuando veas que Katsuki está bien puedes volver por nosotros. Además, estamos bebiendo —señalo Kenta las dos jarras de cerveza junto con una taza de té — ¿Cómo esperas que alguno conduzca?

—Tú estás bebiendo pequeño mocoso —bufo el mayor de todos —No yo.

—Padre, debe estar demasiado viejo para no notar la diferencia entre una cerveza y un té caliente —bromeó Kenta — ¿Acaso ya llegó el momento de internarlo en un geriátrico?

Hanta no se quedó más tiempo a escuchar la discusión de sus mayores. Era mucho problema que no podía manejar en ese momento. Salió del bar a todo prisa y fue hasta la vieja camioneta de su abuelo, puso la llave y la giro para encender el motor que dio un quejido.

Esperaba que esa cosa durará todo el viaje. Porque como se quedará atascado en medio de los tres kilómetros de nada que tenía hasta la casa de sus abuelos, entonces estaría perdido.

Sero manejó con cuidado pero velozmente. Tanto como le permitía la ancestral camioneta de su abuelo hasta la casa. Apenas llego, no se molesto en estacionarla correctamente, solo la dejo a un costado del porche y se bajó lo más rápido que pudo para pasar por la puerta de la casa.

— ¡Abuela, Katsuki! —los llamo con urgencia — ¡Ya volví! ¡¿Donde están?!

El azabache espero unos segundos en la entrada hasta que escucho la contestación de su abuela que indicaban que estaban en el patio. Esperando que realmente nada malo hubiera pasado, dejo las llaves de la camioneta en la mesa de la cocina y salió con sus zapatos puestos al patio.

El patio era amplió y verde. Una huerta estaba en su lado derecho junto con un mini-invernadero que sus abuelos habían construido con los años. También había una mesa de exterior colocada en medio con un juego de seis sillas blancas que eran ocupadas por dos personas.

Un interés inesperado [SeroBaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora