Capítulo 18

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Bakugou podía sentir su rostro caliente y mentalmente se regaño por haber sido tan estúpidamente obvio al evitar la mirada de Sero.

¿Por qué mierda lo hizo? No es como si el azabache pudiera recordar algo de la otra noche. Estaba más dormido que conciente de sus acciones. Si las había olvidado el cenizo no le veía el problema, incluso era lo mejor.

Pero el tema era que él no podía olvidar la sensación de sus brazos cubriendolo y el olor a menta que lo rodeaba.

El cenizo giro la cabeza un segundo, solo uno para verlo y noto su semblante decaído pero aún así el azabache trato de sonreírle a Kirishima y Kaminari que iban saliendo de las cabañas.

Antes de lo que viera volvió a girar la cabeza.

¿Que mierda esta mal conmigo?

Katsuki odiaba no tener el control de sus emociones. En serio, lo detestaba.

 En serio, lo detestaba

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Eventos deportivos. En eso consistía su segundo día de campamento.

Juegos de caballería, carreras, tiró con arco, etc. Lo harían como competencia contra las clases C y B lo cual alimentaba el espíritu competitivo de los adolescentes.

En especial entre Monoma Neito del salón B y Bakugou. Los dos soltaban chispas cada vez que se veían en alguna competencia. El cenizo insultaba de frente y el rubio usaba palabras sarcásticas e irónicas para contratacar. Un espectáculo digno de ver con palomitas de maíz y una gaseosa fría.

Curiosamente, debido a la rivalidad de esos dos, se lograron crear ciertos lazos entre otros chicos. Los que siempre acompañaban a el rubio eran TestuTestu TestuTestu y Kendo Itsuka, el platinado se reía de sus locuras y la femenina iba a detenerlo cuando creía que se estaba por ir a los golpes con el cenizo. Estos dos chicos establecieron un amistad con el Bakusquad al compartir un mismo objetivo.

Ver que sus amigos no fueran castigados por los profesores por andar peleando cada dos segundos.

— ¡Boxeo, genial! Yo también me anoté en esa categoría —sonrió Testu —Espero que tengamos una digna pelea.

—Por supuesto, ¡no me detendré por nada! —aseguro Eijirou — ¡Daré todo de mí hasta el final!

— ¡Ese es el espíritu de los hombres!

Ambos chicos llevaban veinte minutos de conocerse oficialmente —en Yuei se habían cruzado un par de veces pero nunca habían hablado— y ya se llevaban tan bien como si se conocieran de años. Los dos eran bastante similares desde sus cabellos en punta hasta sus sonrisas brillantes.

Itsuka estaba feliz de que hubiera otra persona que pudiera seguir el ritmo de Testu.

— ¡Whoooo! ¿En serio sabes artes marciales chinas?

Un interés inesperado [SeroBaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora