Capítulo 33

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—Oh, ¿así que tiene que cuidar a su madre? —pregunto Kaminari — ¿No podemos ir a verlo?

—Den, haríamos un escándalo —reconoció Ashido —No seríamos de ayuda para Bakugou.

—Podemos ir a dejarle nuestros apuntes —propuso Kirishima.

—Ni a nosotros nos funcionan los apuntes, Kiri. A Bakubro menos —comento el rubio divertido.

Además de que él no los necesita.

Sero eligió no mencionar eso ante sus amigos que maquinaban ideas que les permitirían ir a la casa de su líder por al menos unos minutos. Querían ver a Bakugou y saber como estaba, porque aunque el azabache los había puesto al tanto de la situación querían ver por ellos mismos a su querido amigo.

Había elegido decirles sobre la condición de Mitsuki en el receso, uno porque quería poder decirlo de una y con todos juntos. Dos, era más privado. No creía que al cenizo le cayera bien que todo el curso supiera de porque estaría ausente por una semana. Tres, le daba tiempo a él para pensar en los últimos sucesos.

—Sero-kun.

Bueno, no mucho tiempo que digamos.

El azabache volteo sintiendo cierto miedo subir en su espalda, aunque lo primero que vio fue la sonrisa amable de Midoriya.

— ¿Cómo te fue con Kacchan? —interrogó de buenas a primeras el más bajo.

El más alto trago saliva, sin entender porque un chico que era más bajo y en apariencia, más débil que él le estaba provocando tanto miedo.

—B-Bueno...al inicio quiso ponerme de patitas en la calle pero logré quedarme y ser de ayuda —resumió la situación y como "logró" que el cenizo dejará que lo ayudará —Tambien me quedé a dormir porque...no alcance el último tren.

—Humm, ¿con que así es, eh? —susurro en un tono peligroso Izuku pero después como si se tratara de otra persona sonrió enormemente — ¡Que bueno! Estaba preocupado. Me alegro de que te halla ido bien, Sero-kun.

Hanta soltó una risita nervioso y noto que detrás del pecoso un apurado Tenya hacía acto de aparición.

— ¡Midoriya-kun! —llamo el de gafas a su amigo — ¡Está prohibido tomar cosas del club de béisbol sin su permiso!

El azabache sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral cuando el pecoso se dio la vuelta para enfrentar a su amigo y vio el bate de béisbol tras su espalda. Los ojos esmeralda le vieron de reojo con una sonrisa que no tenía nada de inocencia.

Ups, se me olvidó —dio una pirueta con el bate —Lo tomé por si acaso...pero no creo que sea necesario ahora, ¿verdad, Sero-kun?

El mencionado estaba tan asustado de contestar que ni se atrevió a hacerlo.

El mencionado estaba tan asustado de contestar que ni se atrevió a hacerlo

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Un interés inesperado [SeroBaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora