Capítulo 27

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Rebecca

Veo a través de la ventana de la habitación en la que me encuentro, ahí se nota el Reino de las Sombras, está deshabitado, pero al prestar atención a lo lejos, visualizo como un dragón rojo toma vuelo y otros dos lo siguen.

¡Son los dragones de Jacky, Irina y Askar!

Giro mi vista a mirar al inframundo, hay una mujer observándolos también.

—¿Sucede algo? —Me sobresalto viéndola a mi lado.

—Tú...

—Soy Isela, diosa de las esencias, hermana mayor de Morket —se presenta—. Te preguntarás por qué estoy irrumpiendo en tus aposentos.

—En realidad no, y no son mis aposentos.

Se ríe de una forma errática, cambiando su actitud calmada por una bastante exagerada. Sus carcajadas son seguidas, tanto que se agarra de la panza y se tira a la cama a patalear. De un momento a otro vuelve a estar tranquila, pero esta vez me causa un escalofrío, porque se sienta en el borde y mantiene su cabeza mirando hacia el suelo.

—¿Sucede algo? —digo con miedo.

Puedo vislumbrar una sonrisa siniestra.

—Eso lo dije yo. —Alza su rostro y parece una chica adorable—. ¿Viste? Sabía lo que ibas a decir.

Podría jurar que tenía un cara desforme y tenebrosa, con dientes afilados, sin ojos, pero no, su rostro sigue siendo el mismo, aunque un poco más aniñado.

—Tú...

—Tengo muchas personalidades, no te estreses. —Se cruza de piernas de una manera coqueta.

Ha vuelto a cambiar su actitud.

—Supongo que quieres que te pregunte por qué estás aquí.

—¿Viste? Sabía que preguntarías. —Sonríe con malicia.

Empiezo a dudar de que esto es manipulación, es otra cosa, algo mágico, ella maneja toda la situación, el ambiente.

—Este no es tu territorio —acoto con temor.

—Inteligente. —Revolotea las pestañas—. Estoy aquí porque...

La puerta de los aposentos se abre y entra Morket. La personalidad de la tal Isela cambia a una aniñada, salta fuera de la cama y corre a abrazarlo.

—Te amo —dice de forma adorable.

—Ise ¿Qué haces aquí? —él le pregunta indiferente.

Ella cambia a una personalidad seria y se aparta de Morket.

—Te esperaba. —Se gira a mirarme a mí y su actitud cambia a la coqueta—. ¿Viste? —se burla y sonríe, volviendo a decir su frase—. Lo sabía.

Ella quería que él interrumpiera.

Morket la esquina y se acerca hasta mí, acaricia mi mejilla.

—Lo siento ¿Mi hermana te asustó? Te recompensaré, de hecho vine a traerte algo.

La puerta se abre por si sola, un demonio entra y trae a Trinay, mi halcón, en una jaula, entonces Morket hace una señal, así que lo liberan. El halcón vuela hasta mí, oculta sus uñas mágicas y se apoya en mi hombro.

—Gracias —digo.

—Un placer —responde.

Me mantengo atenta, ya no conozco a un solo dios, ahora sé que hay tres y con diferentes razones.

Belleza de las Tinieblas #4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora