Rebecca
He perdido de vista a Logan, obvio que no hay que confiar en él, pero fue bastante convincente, ya que al parecer estuvo haciendo mal su trabajo, entonces Morket no lo tiene en estima, así que necesita un favor, quizás protección o algo.
Igual no ha sido de mucha ayuda, solo ha servido para encontrar a Fared. Por suerte le ha dado ropa luego de salir de ese calabozo de cristal, porque sino todavía estaría caminando con una tela por ahí.
Veo a Irina venir por el pasillo y dejo de observar cada ventana, de todas no hay ni una abierta.
—¿Encontraste algo? —le consulto.
Se sonroja.
—¿Eh? No, bueno, sí, Morket me contó nuestra historia.
—No dejes que te manipule —aconsejo.
—Está bien. —Baja la vista y pone un cabello detrás de su oreja.
—¿Qué pasa?
—Rebecca ¿Tienes un sueño?
Sonrío.
—Claro, quiero viajar y ser una con el océano, me gustaría estar nadando ahora mismo.
Me mira con emoción.
—Eso suena hermoso.
—¿Por qué la pregunta? —cuestiono curiosa.
—Comparado con tu sueño, el mío parece aburrido. —Hace puchero.
Me río.
—No lo creo, cualquiera que sea, por más diminuto que parezca, siempre será importante.
—Bueno... —dice avergonzada y junta sus dedos índices, poniéndose tímida—. Yo quiero una familia, nunca he tenido una, así que ese es mi más grande deseo.
—Es hermoso.
Sonríe ampliamente.
—¡¿De verdad lo crees?! —Pone las manos en sus mejillas un momento y luego las baja—. Puede parecer algo simple, pero es lo que quiero.
—Claro que sí, viene desde el fondo de tu corazón, así que es precioso.
—Gracias.
—¿Por qué la pregunta? —Inclino un poco la cabeza.
—Es que quiero tener un esposo e hijos, pero tengo problemas con la elección del marido.
Me río.
—Se ve que tienes muchos pretendientes.
—Sabes que me iba a casar con Alisther y no es que estaba enamorada de él, por otro lado se encuentra Fared y me encanta, pero nunca entiendo sus actitudes ¡Me besó hace unos momentos! Solo porque le insinué que podría casarme con Morket.
—Vaya —digo atónita pero manteniendo mi semblante inmutable.
—¡Lo sé! —chilla y se cubre la cara—. ¡Todo es un error!
—¿Quieres que lo ahogue? —Enarco una ceja—. No tengo problema en hacerlo.
Baja las manos y me mira directo.
—¿Eh? ¡No! ¿Por qué dices eso?
Suspiro.
—Con sinceridad no tengo muy buena opinión sobre el género masculino, la mayoría se ha aprovechado de mí, algunos han muerto por esa razón, me deshice de ellos. Si no conociera a Askar, hablaría mal sobre todos, así que a veces hay excepciones, pero bueno, los sentimientos no se eligen, lidiamos con estos cada día. Mi consejo es que te escojas a ti misma, después llegará el indicado, mientras yo desconfiaría.
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Belleza de las Tinieblas #4
FantasíaYa no hay respuestas, solo un dios de las tinieblas, dispuesto a todo. Recuerda respirar, porque puede ser la última vez que lo hagas. *Por Viviana Valeria V. Saga Bellezas, libro #4