Capítulo 33

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Askar

—Su alteza —me informa Duret—, hablando con los guardias, ya descubrimos donde está su majestad y la Belleza del Desierto.

—¿Qué pasó? —consulto.

—Al parecer fueron a la cueva de las runas, los escombros se cayeron y quedaron atrapados allí, ya estamos intentando sacar las rocas.

—Ese es un lugar prohibido —opino.

—Por lo que me contaron fue un trato entre ellos cuando supuestamente la acusamos de forma injusta.

—Fue injusto —le recuerdo.

—Bueno, ya no debe preocuparse, los sacaremos, que los consejeros decidan después, ahora si me disculpa, debo ir a informarle a sus otros hermanos. —Hace una reverencia y se retira.

Qué hipócrita.

Sigo mi camino por los pasillos y observo a una ventana, hay una escalera celeste en la parte descubierta de la plataforma, salgo para averiguar, pero no veo nada.

—Un honor conocerte. —Oigo y me giro rápido desenvainando mi espada, apunto al hombre de cabellos celestes con esta—. Todo un salvaje —opina.

—¿Quién eres? Es obvio que no perteneces aquí.

—Soy Blus, Dios de los Sueños.

—¿Y qué quieres conmigo? —No bajo mi arma en ningún momento.

—Las personas que tienen el don de ver más allá en los sueños lo tiene por mi culpa, ¿lo sabías?

—¿Y?

—Bueno, Océano no, porque es una diosa, ella misma tiene ese poder, sin necesidad de conectarse conmigo.

—¿A dónde quieres llegar?

Me sobresalto cuando aparece al lado mío, fue solo un parpadeo.

—A fastidiar a Morket. —Se ríe—. ¿Deseas venir?

Bajo mi arma despacio, ya que se todas formas no puedo apuntarlo.

—¿Qué?

—Que quiero fastidiar a Morket, ya te dije ¿Qué no escuchas cuando se te habla? Los humanos son tan raros.

Abro la boca para responder, pero no me da tiempo, porque caigo en un portal de color celeste y siento como si rodara por unas escaleras, luego no siento nada.

Belleza de las Tinieblas #4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora