Capítulo 8

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Rebecca

Siempre he tenido pesadillas, Askar igual, solo que las de él son recurrentes y hablan del futuro, aunque hay una conexión sobre eso, es el destino. Pero si Jacky puede tener poderes del inframundo, ¿por qué yo no podría con los sueños?

Me agacho hasta Fared, o lo que queda de él, toco la piel negra de aquel monstruo de dientes afilados, el cual sufre y respira agitado.

Un viento fuerte llega hasta mí, un sofoco se adentra y es como si viajara.

—No me caes bien. —Camino por el sueño de Fared—. Pero vamos, ven aquí, es hora de despertar.

Entro a la misma habitación de cristales pero en el sueño y él tiene su forma humana.

—Hola, Océano. —Me sobresalto al oír a Morket.

Me doy la vuelta a verlo, esos ojos rojos me observan fijamente, es una ilusión pero dan pavor de todas formas, pueden reconocerse en cualquier parte.

—No soy una ilusión —me aclara y me sobresalto.

—¿Puedes oír lo que pienso?

—No estoy aquí en cuerpo pero sí me encuentro en todos lados en alma. —Toma de la taza que tiene entre sus dedos—. ¿Vas a despertar a la bestia? —me consulta.

Frunzo el ceño.

—¿Me vas a detener?

—¿Por qué haría eso? Si es tu deseo, adelante —acota tranquilo.

—¿Dices que me atacará si lo despierto?

—En absoluto, sino te detendría, no permitiría que te lastimara, eso iría en contra de mis sentimientos por ti, yo te amo, no deseo que te hieran.

Ignoro su confesión y me giro en dirección a Fared, camino hasta él, me agacho de la misma forma en la que estaba despierta e intento poner mi mano en el mismo lugar para despabilarlo, teniendo así una conexión con el mundo los sueños y el mundo de los despiertos.

Una luz destella, así que abro los ojos, saliendo de las pesadillas de Fared. El monstruo hace lo mismo porque despierta, sus párpados se abren, hay venas cerca de sus pupilas y parece enfadado, así que asustada me alejo.

—¡Fared, no! —chilla Irina y el monstruo se detiene.

Sus pupilas vuelven a la normalidad y se queda detenidamente viéndola. Su estructura comienza a cambiar, se hace más pequeño, volviendo a su forma humana.

—No quería ver eso —opina Logan ya que Fared está desnudo.

—¡Ah! —chilla Irina otra vez y se tapa la cara con ambas manos.

Ruedo los ojos, camino hasta una tela que está en el suelo, la agarro y se la tiro al rubio, él se levanta del suelo, entonces se ata el tejido para cubrir sus atributos, no dice nada.

—Un problema menos —acoto y me giro en dirección a la puerta—. Sigamos.

Avanzo por los pasillos, salgo del subterráneo y me acerco a una ventana, suspiro.

—¿Dónde estás, Askar?

Askar

Primero saco la mano debajo de la arena, luego todo mi cuerpo y al fin siento que puedo respirar por completo. Creo que perdí mi coleta en algún lado, mi cabello pelirrojo y alborotado no me deja ver bien. Lo muevo hacia atrás y camino por el túnel de arena.

Veo criaturas demoníacas correr, entonces desenvaino mi espada, hiero a una y otra, escapo. Logro salir de los túneles, entonces visualizo que miles de demonios vienen, también que los dragones se preparan para atacar.

No tengo idea de cómo llegué hasta aquí, pero es buena señal, es hora de volver a casa.

El Reino del Cielo.

Pero rápido.

Corro porque los demonios me persiguen y los guardias dan el alerta cuando me ven.

—¡Abran las compuertas, es el príncipe Askar! —grita el vocero.

—¡No podemos, está muy cerca de la primera valla, la horda la atravesará también! —avisa otro.

Mierda, tengo que ir más rápido o no llegaré y encima los pondré en peligro. Los graznidos de los monstruos se oyen más cerca, es evidente que no lo lograré.

Una ráfaga crece cerca de mí y la arena se eleva, entonces los demonios salen disparos por un ataque del desierto. Me detengo visualizando a Jaelyne venir en el sendero, está completamente sola, camina despacio y su cabello se mueve con el viento.

—¡Jacky! —Corro hasta ella.

—Creo que ya entiendo lo del sofoco —declara de repente y sin más se desmaya, así que la atajo.

—¡Jacky! —grito otra vez.

Veo al Reino del Cielo que está cerca y a los demonios que han sido ahuyentados, entonces aprovecho, la levanto entre mis brazos y comienzo a ir a mi hogar, al fin estoy a tiempo.

Al entrar por las compuertas, entrego a Jacky para que la revisen y enseguida se la llevan.

—¡Mamá! —Es a la primera que veo de mi familia, ella abre los brazos despacio y yo la abrazo rápido.

—Hola, querido ¿Podrías bajarme? —pregunta porque la alcé.

—¡Lo siento! —La bajo y me carcajeo.

—Deberías cambiarte, esa ropa está destruida.

Voy a responderle, pero veo venir a mis tres hermanos de en medio, Intha, Asthel y Aker, los cuales me abrazan a la vez.

—¡Ay, me asfixio! —bromeo y nos reímos—. Me falta alguien —opino.

—Siempre tan animado. —Se acerca Ankor despacio al reencuentro.

Creo que es el único que salió a mamá, con esa calma, aun así es con el que mejor me llevo.

—Su majestad. —Le hago una reverencia y se ríe.

—¡Ven aquí! —Me abraza.

—¡Ay, me estrujas! —Es muy fuerte.

Me suelta.

—Ahora que estás aquí todo será más alegre. —Apoya su mano en mi hombro.

—Fue duro, ¿no?

Puedo notar en Ankor lo mal que se encuentra, conmigo no puede fingir.

—La partida de papá todavía duele.

—Sí... —Hago una pausa, sé que no es lo único que lo aflige. Cambio de tema y alzo mi dedo índice—. ¡Solo me falta una persona para que toda la familia esté reunida!

—Tu esposa —responde por mí, me conoce tanto—. Siento si intenté convencerte de casarte con Irina, seguro Rebecca es estupenda.

—Vaya, no pensé que me pedirías disculpas por eso —opino sorprendido.

—Últimamente me disculpo por muchas cosas.

—¡No te disculpes! —Le pego en la espalda.

—Tú...

Y nos empezamos a agarrar a los puñetazos.

—Su majestad —habla un consejero—. No puede hacer eso.

Ankor deja de agarrarme del cuello con su brazo y me suelta, así que caigo al suelo.

—Cierto —Se acomoda la ropa.

Me levanto rápido.

—¡Ser Rey es aburrido! —me burlo y él se ríe.

—Nos vemos después. —Veo que se va con sus guardias.

El momento emotivo y los ruidos se acaban, entonces me acerco en silencio a uno de los ventanales. Toco el vidrio y observo como a la lejanía, los demonios se preparan para un próximo ataque.

Rebecca debe estar del otro lado.

La extraño.

Belleza de las Tinieblas #4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora