Capítulo 37

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Fared

Llego a la sala del trono y todos me siguen con la vista mientras avanzo. Maldita atención, esta situación suena a que el asunto se convertirá en un molesto espectáculo. Me detengo mirando a la reina, la cual se levanta del trono, observándome seria.

—Seguro ya fue comunicada, pero vengo a anular su bendición. La señorita Irina está comprometida conmigo, así que el príncipe Alisther debe ser removido de su decreto —digo de forma cordial y tranquilo, aunque estoy nervioso.

Mi corazón late a gran velocidad, puedo oírlo como golpea. Nunca pensé estar haciendo algo como esto, menos por Irina.

—Vaya, me dijeron que eras una persona agresiva —declara la Reina Serenity—. Esa gente deberá retractarse.

Me río.

—Su majestad, sé cómo comportarme cuando es oportuno.

—Me alegra que sea así, porque para esta situación deberás demostrar tu valía. Anular una bendición no es solo cordialidad ¿Se te ha informado de todo?

—Por supuesto, por eso vine preparado. —Desenvaino la espada que me conseguí en el camino hasta aquí.

Algunos guardias se me acercan.

—Usariamos animales, pero por no pertenecer al Reino del Cielo, seremos benevolentes. Espero que conozcas las reglas.

—Fui general de un ejercicio, es obligatorio saberlo, así que las conozco. —Sonrío.

Esta gente es estúpida por darme ventaja, pero mejor para mí.

Un guardia se me acerca, lo esquivo y le pego al otro, me giro, entonces utilizo mi arma con el tercero, acabo con el cuarto y solo me queda el primero que me atacó. Se escucha la trompeta, así que nos detenemos de luchar, al mirar el trono enarco una ceja. La reina desabrocha su corset, bajando su vestido. Debajo tiene su armadura, prácticamente un atuendo parecido al de Irina. Tira el adorno de su cabello, entonces saca su lanza, desenganchando esta de su silla del trono. Entonces baja los escalones, para luego avanzar hasta mí.

—El príncipe Alisther no puede luchar por su evidente estado de salud. —Mueve su lanza con destreza—. Así que yo seré su ventaja.

Entiendo, me dio ventaja en la primer contienda, para luego dársela a él.

Sonrío.

—No pudiste evitar que Andur interfiera, seguro te pidió que no aceptarás mi anulación, pero decidiste hacerlo en otros términos.

—Las reglas se cumplen, las contiendas se hacen, no se puede interferir, menos por alguien que no es de tu reino —dice seria.

—Me parece bien, pero su majestad, ¿está segura de que esto es una batalla justa? —me burlo.

Suena la trompeta otra vez, Serenity da un giro que no veo venir y me golpea con su lanza, logrando tirarme al suelo.

—Más que justa. —responde a mi pregunta, luego observa su arma estando emocionada, hay un pequeño rubor en sus mejillas junto a su gesto de sorpresa—. Vaya, extrañaba esto. —Vuelve a mirarme y ahora sonríe con confianza—. Sabía que en lo más profundo de mí no era solo una mujer de adorno. —Se pone en posición de batalla—. Ahora sí, vamos a pelear.

Belleza de las Tinieblas #4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora