Nastia
Corro por aquel camino brillante, agua cristalina pero luminosa, siento el arroyo de la vida a cada paso que doy, ya que las gotas salpican en cada movimiento. Preparo mi espada mientras los demonios se acercan en la cueva, me deshago de uno y otro a medida que avanzo.
Me detengo cuando dejan de venir, llego a una sala principal, a lo lejos puede verse un campo de flores y me dirijo hasta allí.
—Solo las almas puras pueden entrar. —Oigo detrás de mí y decido parar.
—Isela. —Me giro y ella sonríe.
—Te he estado buscando.
Me arrodillo.
—Isela, diosa de las esencias, diosa de dioses, por favor pido misericordia.
—¿Por qué? —expresa tranquila, mantiene su personalidad seria.
Tiene varias personalidades, una niña, una mujer sin emociones, una coqueta y el monstruo, dice que tiene más, pero solo he visto esas.
—Teníamos un trato —específico.
—Ah, sí, recuerdo. —Se mantiene sin expresión—. Sigo esperando.
Me levanto despacio, con cautela, cualquier movimiento brusco podría ser mi fin. Por algo fui entrenada para este tipo de situaciones. Soy más fuerte e inteligente que cualquier guardia de cualquier reino, soy una guerrera, una sacerdotisa, no puedo fallar.
—Haré todo lo que esté en mis manos —declaro.
—Mi padre estará complacido.
Bien, es justo lo que esperaba que dijera, aunque con ella no me puedo fiar, ella maneja la esencia de todo.
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Belleza de las Tinieblas #4
FantasyYa no hay respuestas, solo un dios de las tinieblas, dispuesto a todo. Recuerda respirar, porque puede ser la última vez que lo hagas. *Por Viviana Valeria V. Saga Bellezas, libro #4