Capítulo 14

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Aunque Celia lo negase estaba y seguía resentida por lo de Santiago pero era normal que se sintiese así a muchos nos pasa que nos duele tanto que llegamos a desearle lo peor a esa persona que alguna vez amamos pero siempre se está a tiempo de alejar esos sentimientos rencorosos y dañinos tanto para la persona como para nosotros.

Observó detenidamente su departamento, había regresado a ése lugar todavía no lo podía creer, todo lo que ella había planeado y deseado fue al revés todo lo contrario. Dejó sus cosas a un lado y se lanzó a la cama sólo quería dormir, anhelaba despertar y darse cuenta de que todo fuese una simple pesadilla pero era la más dura realidad.

Al instante que cerró los ojos él timbre de su celular la interrumpió, no tenía ganas pero sintió la necesidad de contestar. Se paró y buscó en su bolso él aparato, miró la pantalla t contestó mientras regresaba a la cama.

—Hola —respondió con voz melosa.

—¿Llegaste bien?— preguntó su madre.

—Sí, iba a dormir —se dejó caer hacia atrás apoyando su espalda en la cabecera de la cama.

—Bueno, no puedo pedirte que dejes la universidad es tu decisión y la del padre además sólo te queda un año, sólo quería saber donde piensas casarte y cuando conoceremos a ese chico.

Celia rió algo sarcástica. —Y piensas que después de que mi padre me difamara frente a todos regresaría y menos me casaría allá — aclaró molesta. 

—Debes perdonar a tu padre por Dios él es un líder cómo crees que se sentía

—Ahh pues perdonen me ustedes a ver si yo puedo hacer lo mismo, no te preocupes mamá yo arreglaré todo a mi modo, te enviaré fotos — y sin pensarlo colgó. Ella se preguntaba ¿cómo era que le pedía que perdonara a su padre cuando ellos nisiquiera le dieron la oportunidad de explicar?¿acaso ellos me perdonaron?ella era consciente de lo que hizo y no le molestaba él hecho de que no la perdonaran pero que después de casi matarla su padre se atreviera a difamarla públicamente eso era un horror.

Tocó su vientre y sonrió mientras sentía gruesas lágrimas brotar de sus mejillas. —Siento mucho lo que voy a hacer pero es lo mejor, tú padre arruinó mis planes en unos minutos y no lo estoy haciendo por venganza sino porque es la salida más limpia para mí a menos que quiera defraudar más a mi madre.

.....

Ni Sarah ni Mike sabían de su llegada pero se lo diría sólo que necesitaba un momento sola, consigo misma a todos en algún momento queremos estar solos. Aún algo triste emprendió él viaje a casa de su amiga, tenía que verla, tenía sed de un abrazo y una sincera compañía¿quién mejor que sarah?

Sus dedos tocaron la puerta color caoba dos veces y luego se abrazó a si misma mientras soltaba uno que otro suspiro. La morena de ojos negros salió de la puerta con él pelo más largo de lo habitual, sus amigos amaban su pelo aunque ella aveces se sentía incómoda con ello, muchos lo tocaban y jugaban con él.

La morena no pudo objetar palabra alguna sólo se lanzó sobre la chica en su puerta quien se dejó llevar del cálido abrazo fraternal.

—Dios, no puedo creer que estás aquí — exclamó la morena con alegría.

Celia se alejó y la miró a los ojos mientras pasaba algunos mechones detrás de su oreja. —Se arruinó — encogió los hombros. — todos mis planes. 

Sarah la miró sorprendida y la señaló inclinando su cabeza, ni siquiera tuvo que decir ni una palabra para que Celia supiera a que se refería.

—Sí — asintió la chica. — lo bueno es que no había comprado los boletos.

Sarah meneó la cabeza. — Pasa —ordenó tomándola del brazo y cerró.

Un pecado que pagar  ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora