«Un paso a la vez, hay un tiempo para todo. Dios cumple, pero en su debido momento. »
—Yo me quedaré. —aclaró Santiago.
Leah tomó su mochila y en un solo movimiento ya estaba en su hombro. —Igual trabajas aquí. —encogió los hombros.
—No lo haré. Lo prometo. —Santiago rodó los ojos.
Leah recogió su castaño pelo y lo dejó sobre su espalda. Señaló a su hermano.
—Desde las ocho de la mañana estás aquí y aveces es que llegas a las siete. Tienes una mujer embarazada en casa que ni a tu hospital asiste a sus citas, ¿alguna vez la acompañaste a una consulta?creo que mi amiga tenía razón sobre los doctores, se olvidan hasta de sí mismo.
Negó con la cabeza y se dió media vuelta para irse.
—Nuestro deber es salvar vidas.
—Y abandonar a la familia. Tú lo has dicho, deberías tomarlo como algo grande el hecho de que ella te dé el privilegio de ser papá. Aquella cirujana ni los niños le agradaban.
Su hermana decidía irse pero él la detuvo con una pregunta.
—¿Qué quieres que haga?
La castaña giró a mirarlo.
—Es una estúpida pregunta, ¿no querías formar una familia?¿cómo lo harás si ni siquiera sabes que hacer?es que atiendas a tu familia ¿le has preguntado alguna vez cómo le fue o que le dijo la Dra?Santiago, Celia puede estar muriéndose y tú ni cuenta te das. Nada es lo que parece.
—La Dra Masson me envía el historial. —se defendió.
—Ja. —rió con ironía su hermana. —, como si fuera suficiente. Imagínate que se hubieran mudado solos, Celia que Dios ni lo quiera se muere en casa y hasta la madrugada tu descubres aquello, y no me digas que en casa está mamá porque la conoces.
Sin más se dió la vuelta y se marchó.
Santiago miró a Celia quien dormía, se acercó a la camilla y la cubrió con una manta azul. Se sentó y tocó su cabeza pensando, se había puesto en ése plan de afanarse con el trabajo para ignorar lo que sucedía alrededor y lo logró pero las cosas empeoraron. Consiguió lo que quería pero no supo manejarlo.
[...]
Un pequeño quejido lo despertó, ¿cómo es que aún durmiendo fuera tan atento?hay personas que el mundo se puede estar acabando y ellos siguen roncando. Miró la camilla y vió Celia bajando de la camilla.
—¿Qué sucede?—se paró y trató de detenerla.
—Tengo ganas de...—antes de Celia poder completar su frase, expulsó todo lo que había ingerido.
Limpió sus labios mientras respiraba agitada. —No pude...
—Tranquila, haré que alguien lo limpie.
Subió los pies a la camilla se acostó nuevamente con la ayuda de Santiago.
—¿Te sientes mal?—preguntó Santiago volviendo a su asiento.
Celia negó con la cabeza. —No, solo que he estado teniendo unas pesadillas extrañas —respondió tocando su vientre. Era algo que la tenía algo inquieta pero que no se lo había dicho a nadie.
Santiago frunció el ceño. —¿Qué tipo de sueños?
—Alguien que quiere hacerle daño a nuestro bebé. Pero creo que solo soy yo, o no sé qué.
—¿Ha pasado algo que no sepa?
La pregunta tomo a Celia por sorpresa pero simplemente negó con la cabeza.
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Un pecado que pagar ✔
Spiritueel-Estoy embarazada - le confesé y fue como tomar un control y pausar la tele pero a él le pause él tiempo. Sé que cortó conmigo pero sólo no quería ocultárselo. Se acerca rápidamente a mí y levanta mi blusa, me estremezco por él frío y sobre todo po...