Después de que ella lo había echado muy furiosa, salió pero no se fue. La escuchó llorar y se sintió de lo peor, se dió cuenta de todo él dolor que le había causado pero le dolía aún más que ella tuviera planes de llevarse lejos a algo de los dos, un ser que necesitaba de los dos.
Aún con aquel sentimiento de culpabilidad y dolor decidió marcharse, decidió no hacer más daño a quien sólo quería ver feliz siempre, pero él había sido cómplice de arruinar esa felicidad. Él dolor nos perseguirá toda la vida sino aprendemos a perdonar y olvidar, es normal, odiar es más fácil que todo es un sentimiento que aún cuando no lo quieres sentir lo sientes, es inevitable y para no sentirlo no tienes que ser humano.
Tumbado en él sofá recordó lo que le había dicho con tanta sinceridad.
Eres con la mujer que me quiero casar y si nadie nos separa, esto lo veremos sólo como un recuerdo.
¿Porqué tuve que decirle y si nadie, poniendo en duda en que si era posible que alguien nos pudiera separar?se preguntó a si mismo y mentalmente se respondió, sus padres tal vez cuando intentase llegar más lejos ellos se podrían intervenir pero no era una razón tan grande como para justificar su rendimiento tan repentino.
No tardó mucho en recomponerse en su trabajo, se retiró de la universidad pensando que era lo mejor, no lo hacía como un trabajo de más sino que quería compartir sus conocimientos y poder ayudar a los demás, en su juventud encontró los medios de estudio posible por las posibilidades de sus padres pero no todos tenían esa oportunidad. Aunque sus padres no fuesen religiosos él había adquirido unos principios al vivir y visitar a menudo a su abuela, había sido criado por su abuela por tres años a causa de la ausencia de sus padres.
Y una vez más se quedó dormido en el sofá pensando en ella. Alguna vez han amado tanto a alguien que aún estando separados no dejas de orar a Dios por esa persona, pues era justo lo que él sentía.
Llovía fuertemente cuando la vió venir corriendo hacia su puerta donde se paró para esperar que la lluvia pasara cosa que parecía no ser posible en ése momento. Él se acercó a su ventana y desde ahí vió a la chica sobando sus brazos mientras miraba la lluvia, estaba un poco mojada y si seguía ahí él frío la congelaría.
Sin dudarlo bajó y le abrió la puerta, ella sorprendida giró a ver detrás de ella por el pequeño ruido que escuchó. Sus ojos marrones escanearon al hombre alto de ojos negros con detenimiento. No supo que decir, estaba invadiendo propiedad privada.
-Yo... lo siento -apartó la mirada de los ojos de aquel hombre que le escaneaba él rostro embobado.
-Tranquila -le brindó una sonrisa y ella se fascinó con sus hoyuelos. -, pasa, según el informe climático creo que la lluvia no pasará ahora.
Ella reconoció la amabilidad pero que podía hacer si apenas lo conocía, por Dios no podía ser tan ingenua aunque necesitase la ayuda ofrecida.
-Descuida, estoy bien -le sonrió y trató de voltear dándole la espalda.
-Sé que no tienes que confiar en mí pero te estás muriendo de frío y la tormenta va a empeorar hasta el punto de mojarte aquí en la galería.
Ella volvió a la misma postura y lo miró nuevamente a los ojos. -Bueno, haré como que Dios te puso en mi camino -dijo suspirando.
Él sonrió y abrió la puerta un poco más. -Mi abuela dice que si se espera a que Dios baje del cielo a ayudarte eso es necedad -comentó cerrando la puerta.
La chica al adentrarse se perdió observando la casa, era hermosa debía de admitir, en el pueblo que vivía no había visto ese tipo de decoración por lo cual quedó asombrada.
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Un pecado que pagar ✔
Spiritual-Estoy embarazada - le confesé y fue como tomar un control y pausar la tele pero a él le pause él tiempo. Sé que cortó conmigo pero sólo no quería ocultárselo. Se acerca rápidamente a mí y levanta mi blusa, me estremezco por él frío y sobre todo po...