Capítulo 7

75 15 0
                                    


La mentira es una salida fácil y sencilla pero hiere y duele como lo peor.

Celia casi se desmaya al darse cuenta en las intenciones de Santiago por lo cual tomó a Santiago bruscamente del brazo, y lo llevó arrastrado antes de que completara la frase.

—¿Estás loco o qué te pasa?

—¿Acaso no puedo hablar contigo?—preguntó Santiago molesto —¿quién se creen él amiguito tuyo ese? ¿eh?

—Me estás haciendo una escena de celos —Celia rió sarcástica —. Lo que me faltaba —río irónica —. Tú y yo no somos nada así que ve quedándote en tu lugar ¿qué quieres?

—Saber como estás, sólo eso eran mis intenciones, saber de mi hijo pero al parecer para tu amigo tengo marcado en la frente lo que soy — Santiago apartó la mirada y miró alrededor con una mano en su cintura. Suspiró cansado. Celia tenía toda la razón pero él no podía evitar actuar así, tenía las sospechas de que Mike no la miraba con ojos sólo de amigos, y eso era cierto y notable.

—Estoy bien, no tienes que preocuparte —respondió Celia algo incómoda mirando los arboles que rodeaban la universidad.

—Lamento incomodar te con tus amigos así, sólo no me pude contener, pero ¿cómo puedes decirme que no me preocupe?—Santiago se le acercó despacio y tomó su mano.

Celia alzó la cabeza y lo miró a los ojos tímidamente, lo amaba sí, pero se valoraba y no se consideraba una basura la cual se podía desechar y recoger cuando le diese la gana a alguien.

—Cuando llevas a mi hijo en tu vientre —Concluyó Santiago. —¿Quién más debería preocuparse por ti y mi hijo? ¿Qué mal te he hecho para que nisiquiera pueda saber como estás?—La miró fijamente a los ojos con tristeza.

—Estoy bien y supongo que el bebé también, la ecografía sólo hablaba de centímetros y esas cosas raras —dijo Celia, y Santiago sonrió.

—Lo demás debe estar en el historial, cualquier cosa dímelo, por favor —Pidió Santiago y Celia sólo asintió. —. Podría chequear te.

—No lo sé, ya me tengo que ir —Celia se soltó de su mano para marcharse pero él la detuvo de la cintura.

—Celia, podemos aclarar las cosas, por favor —Tocó su mejilla con una mano mientras pegaba su frente con la de ella —. Perdóname si te lastimé, por lo que sea que te haya hecho, por favor —suplicó.

Celia cerró sus ojos, se mantuvo callada y pensativa, elevó su mano y la puso sobre el brazo de Santiago, abrió los ojos y lo miró. —En éste lugar me cortaste, no soy una cosa que se tira y se recoge como una basura — apartó la mirada y la cabeza antes de que él la besara. — . Adiós.

Sin más que decir se marchó,  con un nudo en la garganta e inmensas ganas de llorar. Santiago con el corazón roto se repitió mil veces que era su culpa y que se lo merecía por haber sido tan tanto y dejarla.

~

Llegó a casa y lo primero que hizo fue arrojar sus cosas al sofá y sentarse frustrado, pensando en que tal vez Celia no lo perdonaría.

—Brother —Una pequeña risa burlona se adentró a la sala.

—Leah —dijo Santiago sorprendido.

—Hola ¿qué pasa?— preguntó su hermana sentándose a su lado sobre el sofá.

—Celia no me va a perdonar —Santiago fundió su cabeza en medio de sus manos.

—Celia... Es la persona más grandiosa que he conocido, sólo dale tiempo, quédate a su lado, ganate su perdón.

—Lo he intentado pero...

Un pecado que pagar  ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora