P. V. Celia.Sonrío dando pequeños pasos que no son para nada audibles por mis zapatos cerrados. Me paro frente a la puerta y nisiquiera toco, solamente entro, miro el reloj en mi muñeca, sólo tenemos 10 minutos y es suficiente bueno para mí.
Cierro la puerta detrás de mí y el hombre de ojos negros gira a mirarme, me sonríe pero no como de costumbre cosa que me dice que algo ha pasado, sus lindos hoyuelos me hacen olvidar todo en segundos.
—Hola —saludo acercándome.
—Hola.
—¿Pasa algo?—pregunto Apoyándome al escritorio.
—Nada, mira ya pinté en dibujo —retira una hoja debajo de un cuaderno y me lo entrega, lo miro y está más que hermoso.
—Es hermosa, me encanta — sonrío emocionada. Él dibujo soy yo leyendo concentrada mente.
—Sabía que te gustaría, bueno no estuviste muy quieta pero está perfecta — deja unos folios a mi lado y al fin se digna a mirarme a los ojos.
—Muy frío hoy —comento.
—Hablamos cuando cúlmine la clase ¿te parece?—propone.
—Claro —me alejo del escritorio y me acerco para besarlo pero él no se deja.
—Alguien podía entrar —se excusa.
—Ok —lo miro a los ojos por un rato y decido tomar asiento avergonzada y decepcionada.
Rogué para que la clase culminara rápido y saber que le pasaba y ¿por qué me trató así?
Salí del salón de primera para quedarme en el patio y esperarlo, luego de cinco minutos llegó. No digo nada sólo lo miro esperando que hable.
—Lo siento, Celia —susurra y me confundo. —no podemos continuar, terminamos — suelta.
Me quedo en shock, sin saber que decir, que contestar, parpadeo varias veces y frunso mis labios.
—¿Hice algo malo?—pregunto mirándolo con ironía.
—No, no eres tú &niega.
—¿Por qué?
—Sólo no podemos seguir — aclara. Se acerca, besa mi cabeza y se marcha dejándome tan sólo con su aroma varonil.
Lo observo irse, junto mis labios y mis ojos se cristalizan pero no quiero llorar. ¿Acaso ya consiguió lo que quería? Y entonces de marchará, después de haberme arriesgado a no perderlo y acostarme con él me corta.
1. Semana después.
Salí de la universidad a toda prisa sintiendo mis pies moverse dentro de mis zapatos cerrados y planos como siempre, me acerco al grupo Él ridículo.
—Flecher, deja tu ego y de una vez acepta que sólo por no tenerme haces todo esto — lo miro y me marcho.
Al llegar a la clínica, aprieto mi cartera y entro, saludo a la Dra Masson una maravillosa persona.
Entro a su puesto y cierro suspirando, me acerco en silencio.
—Hola —saludo y me dirijo a la camilla, la frialdad en mi voz es clarísima, estoy aquí porque soy consciente de que tiene derecho.
—Hola —responde normal.
Me acuesto en la camilla y observo él techo, cosa que él me pedía cuando quería desahogar me.
—Estoy embarazada — confieso.
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Un pecado que pagar ✔
Spiritual-Estoy embarazada - le confesé y fue como tomar un control y pausar la tele pero a él le pause él tiempo. Sé que cortó conmigo pero sólo no quería ocultárselo. Se acerca rápidamente a mí y levanta mi blusa, me estremezco por él frío y sobre todo po...