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«La Comisión Nacional Electoral ha anunciado el cierre de las votaciones parciales»

Leí la notificación en mi celular, creyendo que sería algo importante, e hice un gesto de disgusto. Era otro correo de un famoso periódico en línea al que, sin entender cómo, había terminado suscrita.

Ignorando por completo el contenido del molesto texto, volví a recargarme sobre mi mano derecha para observar el perfil de Jaemin, quien estaba manejando.

Una mandíbula definida, unos labios llamativos y unas largas pestañas lograron atontarme por algunos segundos. Tanto que inconscientemente esbocé una sonrisa mientras pensaba en lo atractivo que era. 

Después de tantos problemas por fin le estaba poniendo suma atención a sus facciones. Y vaya que me había perdido de una hermosa vista.

—Por esta razón propuse tomar varias fotos con tu celular—comentó, burlón. Solo rodé mis ojos.

—¿Para qué tomar una foto si te puedo ver en persona?—respondí atrevidamente, y vi su sonrisa crecer más—. Pero tranquilo, solo estaba esperando tu pregunta—mentí mientras dirigía mi vista al frente con una aparente indiferencia.

—¿No era tu turno? —cuestionó, ligeramente confundido. 

—¿Lo era? —inquirí encontrando brevemente su mirada—. Bien, pensaré en una.

El pelinegro rio mientas yo hacía una mueca. Guardé silencio y le supliqué a mi cerebro que comenzara a trabajar, ya que, a fin de conocernos y superar el aburrimiento, habíamos optado por hacernos preguntas mutuamente. Y hasta ahora había sido muy divertido.

Una idea que me causaba conflicto apareció: quería saber desde cuándo Jaemin había comenzado a sentir y así poder descubrir si había sido por mi intervención. Pero por más que quería averiguarlo, las palabras no podían salir de mi boca. 

Tal vez no era el momento, ni el lugar.

Suspiré y admiré el exterior mientras seguía pensando en alguna otra interrogante, y en el proceso, súbitamente me llené de nervios cuando alcancé a percibir algunas luces que indicaban que pronto llegaríamos a nuestro destino.

Finalmente me encontraría con la familia Na e incluso con el sujeto de la llamada.

—¿Cuánto durará el alcalde electo en el cargo? —Solté la pregunta al recordar la noticia del cierre de elecciones—. Antes de que digas algo hiriente, quiero aclarar que la política no es mi fuerte.

—Alrededor de tres años —contestó sin separar su mirada del camino—. ¿Eso es lo único que se te ocurrió? —preguntó conteniendo una risa.

Chasqueé mi lengua en señal de desaprobación y me agradecí internamente al pensar en una nueva. 

Una pregunta que me ponía intranquila.

—¿Tengo que hablar con tus padres?—indagué, inquieta. Esperaba que aquella respuesta fuera negativa.

El pelinegro se tensó por un momento y me vio de reojo.

—Mi padre y mi hermano llegarán un poco antes de que el ganador sea anunciado. Por el momento solo estará mi madre recibiendo a la gente, pero es probable que me obligue a acompañarla—informó con dureza—. El lado bueno es que ella es una buena mujer.

—¿Entonces tendré que estar separada de ti? —pregunté repentinamente preocupada—. ¿Por cuánto tiempo?

—Cerca de una hora o tal vez dos—respondió, y sin darme cuenta, sujetó brevemente mi mano para acariciarla con su pulgar, regalándome un poco de su tranquilidad—.  Todo estará bien. Tanto Hye Sun, Jeno, Chenle e incluso Haechan estarán contigo.

Tres segundos  | Na JaeminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora