«El cuerpo de otra joven ha sido encontrado: el yasaeng ha atacado de nuevo»
Fue lo primero que leí al abrir el enlace que Hana me había enviado. La primicia, escrita por un popular periodista de la ciudad, había sido publicada en la página de internet de su agencia faltando cinco minutos para las doce del mediodía. Era jueves, 26 de marzo, y estábamos a mitad de la clase de psicología.
Giré hacia mi amiga, quien estaba sentada a mi lado, y pude observar la imagen de la escena del crimen en la pantalla de su laptop. Al notar que no estaba censurada, aparté la mirada. La fotografía que se había filtrado era desgarradora; la sangre y los restos de la víctima estaban esparcidos por todo el suelo.
—¡Profesor Park! —le llamó una chica que estaba detrás de nosotras—. Han encontrado otro cuerpo sin vida en el puente Hangang.
El grupo entero comenzó a alterarse, y pronto los susurros se convirtieron en gritos de terror. Era indiscutible el hecho de que la noticia, al igual que las imágenes, se habían expandido rápidamente.
—Calma —solicitó el profesor—. Tranquilos, por favor.
—¿Cómo podemos estar tranquilos cuando un yasaeng está cometiendo homicidios y la policía sigue sin tomar medidas?—gritó Minhee al borde de las lágrimas—. Estoy aterrorizada, tengo miedo de ser la siguiente.
Kyun Minhee, una de las alumnas más destacadas de la generación, pertenecía al tipo chiyu. Al ser conocida también como una sanadora, su habilidad consistía en absorber los síntomas corporales de las personas, aliviando el dolor de un leve golpe e identificando fácilmente una enfermedad grave. La influencia de su familia era tanta que dominaban en el sector salud de Seúl.
—Las autoridades no han emitido una orden oficial que señale el tipo y perfil psicológico del criminal, lo cual indica que pueden existir ciertas irregularidades en el caso.
—¿Irregularidades? —intervino Hana—. Es el tipo más violento, ¿no es obvio que el culpable es un yasaeng?
—Debido a la naturaleza de su tipo, efectivamente existe una alta probabilidad de que se trate de un yasaeng, eso es innegable —respondió con seriedad, apoyándose sobre el escritorio—. Aunque los casos presentan ciertas similitudes en el método empleado para someter a las víctimas, al tratarse de una elevada tasa de asesinatos en tan poco tiempo, las autoridades creen que más de dos tipos están interviniendo activamente.
—¿Es eso posible? —cuestionó Minhee, pasando uno de sus mechones rubios detrás de su oreja—. Tengo entendido que los yasaeng operan de manera solitaria.
—He ahí la cuestión.
—No comprendo. —Minhee alzó la voz, para después tomar un profundo respiro—. ¿Por qué creen que dos tipos diferentes estarían trabajando juntos?
El profesor nos observó detenidamente y agarró un plumón rojo.
—Tres segundos —dijo mientras lo escribía en el pizarrón—, tres segundos son suficientes para perder la conciencia, cinco para morir asfixiados por un yasaeng. Este tipo tiende a disfrutar de dicho método y lo ejecuta hasta el final para después abusar del cuerpo sin vida. Esto muestra su preferencia por la muerte instantánea y, según algunos estudios, mantienen a su víctima viva en un lapso máximo de un día, no más; les resulta aburrido jugar con la misma presa.
—Qué asco —susurró Hana y asentí ligeramente con mi cabeza.
—No obstante, los cuerpos presentan severos signos de tortura, los cuales provocaron su muerte el mismo día que fueron encontrados. —Continuó explicando—. Esto no sólo indica la posibilidad de un yasaeng que buscaba experimentar alguna clase de diversión, sino la presencia de un tipo extra. Un sagi con tendencias extremadamente violentas, por ejemplo.
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Tres segundos | Na Jaemin
FanfictionUna ola de asesinatos ha sacudido Seúl durante los últimos dos meses. Las cifras son elevadas y las pruebas escasas, pero de algo están seguros: fue un yasaeng...