El descubrimiento de Minhee
Sigilosamente encendí la pantalla de mi celular para revisar la hora, sorprendiéndome al ver que marcaba las ocho en punto. Más de cuarenta minutos habían pasado desde que el evento había comenzado, y aunque había intentado concentrarme en lo que exponían sobre el esperado proyecto de mi padre, el odio que había guardado durante estos últimos días cobró más fuerza.
Estaba sentada en una de las primeras mesas, justo frente a los personajes más importantes de la noche: mi padre y su círculo social. Todos sonreían tan alegremente cuando hablaban sobre caridad. Aplaudían tan emocionados por sus acciones. Seguramente se sentían tan poderosos por lo que habían logrado.
Pero todo era una farsa.
Miré a mi lado derecho, encontrándome con los padres de Lee Jeno, el mencionado y Haechan, el muchacho que había conocido hace dos días. Giré a mi izquierda, viendo tanto a la familia Na, claramente sin Jaemin, así como a los padres de Hana y ella misma tan encantados con los resultados.
—Nuestro padre es asombroso. —Escuché una voz a mi lado.
Respiré hondo, sintiendo la cólera sofocarme, y finalmente le eché un vistazo a las personas que me acompañaban. Mi madre, mis tres hermanos mayores y una de mis cuñadas. Ellos seguían luciendo tan felices; incluso después de que trataran de secuestrarme hace cinco días. Me sentía decepcionada de estas personas que había llamado familia por tanto tiempo.
Sin embargo, no había vuelta atrás. Mi perspectiva sobre ellos había cambiado después de despertar el sábado por la tarde y contarles lo que había sucedido en la fiesta. En lugar de alegrarse por encontrarme sana, el rostro de mis padres evidenció la enorme frustración que sentían. Creí que estaban enojados conmigo por ser tan descuidada; la realidad era que su plan inicial había fracasado.
Todo comenzó a tener más sentido el domingo, después de que Hye Sun me explicara la situación con más detalles. Aunque me dolía aceptarlo, Kang Jiseok era un sagi que había intentado secuestrarme, y misteriosamente Jaemin había sospechado de él. En ese momento no terminaba de entenderlo; ¿por qué un personaje tan importante y perteneciente a la familia Na estaría involucrado en esto?
La respuesta parecía estar cerca. El lunes que nos reunimos, y después de que Jin Ae se fuera sin despedirse, supe que algo no andaba bien, confirmando mi sentir cuando a lo lejos pude ver a mi padre y al señor Choi platicar amigablemente. Sabía que tenían asuntos pendientes debido a la inauguración del edificio, pero el padre de Hana nunca había venido personalmente a visitarnos; menos al hospital.
El martes llegué a la universidad buscando a mi amiga sin éxito, puesto que había decidido faltar. Aproveché para platicar con Hana y fue cuando descubrí que el señor Choi había sido contratado por la familia Na, uno de nuestros principales socios y encargados de liderar el proyecto actual.
Todo estaba tan extrañamente relacionado que daba miedo, por lo que esa misma tarde decidí descubrir la verdad. Debido a las preparaciones del evento, mis padres se quedarían hasta altas horas de la noche en el hospital asegurándose de que todo estuviera perfecto. Era hoy o nunca.
Entré sigilosamente al estudio de mi padre, el cual había sido remodelado por completo, y pasé horas buscando alguna evidencia o explicación. Revisé todo el lugar sin éxito: detrás de los cuadros, en los estantes repletos de libros, en su escritorio e incluso en la caja fuerte a la cual siempre había tenido acceso.
Dándome por vencida, observé el estudio por última vez descartando los lugares en los que ya había buscado. Algo llamó mi atención; colgando en una de las esquinas, vi aquella jaula para pájaros que mi progenitor había comprado hace meses bajo la excusa de tener una mascota. Lo más extraño era que, en lugar de ser ocupada por una bella ave, había sido decorada con flores aparentemente de plástico, además de tener una vela eléctrica en el centro.
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Tres segundos | Na Jaemin
FanfictionUna ola de asesinatos ha sacudido Seúl durante los últimos dos meses. Las cifras son elevadas y las pruebas escasas, pero de algo están seguros: fue un yasaeng...