05.

2.8K 360 222
                                    

«El cuerpo de la hija de un policía es encontrado mutilado»

Este sería probablemente el encabezado que saldría en las noticias dentro de poco, o quién sabe, quizá ya estaba siendo expuesto.

Honestamente no sabía dónde estaba, ni qué hora era. Todo seguía oscuro y silencioso. ¿Acaso la muerte se sentía así de pacífica? Era muy agradable.

El problema era que tal vez seguía con vida. Si Jaemin era el yasaeng que había asesinado a las otras jóvenes, era seguro que no moriría tan fácil. El profesor Park lo había explicado en clase: la tortura era parte del juego.

¿A qué se debía la ausencia de dolor entonces? ¿Tal vez había perdido el conocimiento después de estar en la agonía? ¿A lo mejor había alcanzado la paz tras haber sido descuartizada despiadadamente?

No lo sabía. No tenía ni una jodida idea. No quería siquiera imaginarme la respuesta correcta.

Maldita sea.

Si tan solo hubiera ignorado a Jaemin. Si simplemente hubiera desconfiado de él hasta el final. Si únicamente hubiera mantenido mi distancia.

¿Solo así podría haber evitado este desastre?

No servía de nada cuestionármelo. No era capaz de cambiar lo que había sucedido.

Pasó un tiempo en completa quietud, no sé cuánto, hasta que sentí que tenía control sobre mi cuerpo. Finalmente percibí el movimiento de mi pecho con cada dolorosa respiración. Eventualmente identifiqué el agudo malestar en mi cuello. Y misteriosamente escuché los acelerados latidos de mi corazón.

¿Debería haberme alegrado de confirmar que seguía con vida? ¿Por qué solo quería volver a creer en la posibilidad de estar muerta?

No mentía al decir que la ansiedad de ver la figura de Jaemin me impedía abrir mis ojos. Tampoco era falso que el terror de oír su voz me prohibía mover un centímetro de mi ser. Y, aun así, era cierto que la ira me persuadía a descubrir dónde estaba.

¿Existía alguna oportunidad de huir? Pretendería que haría todo lo posible por averiguarlo. Fingiría esforzarme por sobrevivir hasta el último segundo.

Respiré con dificultad, extendí cuidadosamente la palma de mi mano e intenté determinar la superficie en la que yacía.

Una textura suave. Una sensación cálida. Era una sábana.

¿Y si todo había sido un sueño? ¿Qué tal si había despertado de una horrible pesadilla?

Deseé haber acertado, pero al detectar una fuerte esencia de lavanda que se combinaba con un olor característico e indescriptible, fue sencillo darme cuenta de que en realidad estaba en un hospital.

Y que realmente habían intentado asesinarme.

La confusión me obligó a buscar la manera de organizar mis pensamientos mientras que el coraje me alentó a corroborar mi ubicación. No comprendía la razón por la que estaba en un centro médico. No tenía sentido que Jaemin me hubiera traído a este lugar.

Abrí los ojos paulatinamente hasta visualizar un borroso techo blanco. Elevé levemente mi cabeza, sintiendo una punzada al instante, y eché un rápido vistazo al interior de los cuatro muros que me mantenían cautiva.

La luz reflejada en la pared provenía de una sofisticada lámpara situada a mi derecha. La iluminación nocturna de la ciudad de Seúl podía ser apreciada debido al amplio ventanal al lado contrario. Delante de mí había un enorme televisor, y cerca de él, un par de elegantes sillones.

Tres segundos  | Na JaeminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora