18

29 6 2
                                    


No me he movido desde que Caden salió de manera apresurada a la habitación de mi padre. Las mujeres frente se miran entre sí preocupadas, pero sus rostros me indican que piensan decirme que está ocurriendo.

—Señorita Eloise— me llama Helena y coloca su mano en mi hombro—No se preocupe el joven Caden se encargará, suba a su habitación y descanse. —me pide a la vez que me da una mirada reconfortante.

Yo la miro tratando de descifrar si lo que está ocurriendo es muy grave. Supongo que no si lo fuera no habría más ¿Escandalo?

Asiento y comienzo a caminar hacia las escaleras, las subo con lentitud porque el remordimiento me invade a cada paso que doy.

¡Es tu padre Eloise!

Grita la voz de mi conciencia.

Tu padre que te abandonó

Escucho en mi cabeza la voz de mi madre recriminándome. Cuando llego al segundo piso me encuentro en una encrucijada, miro por ambos pasillos.

No debe ser grave, pienso cuando doy un paso hacia el pasillo de mi habitación, pero retrocedo y me quedo observando el final del silencioso pasillo que da a el cuarto de Patrick.

Yo siempre te cuidaré pequeña, eran sus palabras cuando me sentía insegura o enfermaba de niña, antes de que me dejara con mi madre.

Pero no cumpliste Patrick, me abandonaste, me dejaste sola.

Sin embargo, una parte de mí, la que es agradecida por todos  esos hermosos años de infancia hacen que el rumbo de mis pasos cambie y me dirija hacia si habitación. Cuando llego a las grandes puertas de su habitación no las abro de inmediato, sino que coloco mi oreja a la puerta para escuchar que sucede.

—Soy la peor basura de este mundo—murmura alguien con furia, es Patrick—No puedo hacer nada bien, nada...nada—se recrimina.

—Deja de decir tonterías —escucho decir a Caden.— Y vamos a la cama.

—¡No! —grita, su voz suena afectada parece estar ebrio—Nunca he podido hacer nada bien, ni por Eloise, ni por ti, ni por Alena...

¿Alena? nunca había escuchado ese nombre.

El sonido de algo rompiéndose me sobresalta, abro la puerta rápidamente.

Me encuentro con la imagen de Patrick en suelo esta con la ropa que utilizó hoy para el trabajo solo que ya no tiene su elegante y costoso saco gris puesto, sino que esta con la camisa blanca toda desencajada; Caden se encuentra su lado su mano está en el hombro de mi padre.

Patrick y Caden me observan sorprendidos.

—Pap...—Trato de decir, pero la palabra se atora ante la imagen de lo que me encuentro, nunca había visto a Patrick así, de niña siempre se mostró como una persona relajada, carismática y divertida incluso cuando llegué pude notar que era la misma persona solo con algunos años más, pero el Patrick de ahora no es el Patrick de mis recuerdos.

Doy un paso al frente sin embargo mis zapatillas chocan contra los cristales de lo que supongo es la botella que se acaba de romper.

—Eloise—llama mi padre, intenta levantarse, pero no lo logra—¿Qué haces aquí?

—Yo... solo vine a ver qué pasaba—confieso, camino hasta llegar a su lado y me coloco su brazo sobre mi hombro—tienes que encargarte de mí hasta que cumpla 18, aún no quiero volver con Eleonor.

Observo a mi padre sus ojos están rojos, pestañea varias veces como si estuviera tratando de comprenderme, ha bebido demasiado. Por mi mente se cruza el nombre de esa tal Alena, pero no digo nada.

—Caden—llamo al chico de exóticos ojos grises que solo se ha quedado observando, sin embargo, puedo notar en su mirada un tinte de tristeza —ayúdame a llevarlo a su cama.

Caden solo asiente.

Nos levantamos con mucho esfuerzo, cargar a una persona ebria es difícil, llevamos a mi padre a la cama. Lo acomodamos, Caden le quita los zapatos y yo lo arropo.

—Alena...—susurra mi padre, lo que llama mi atención, luego balbucea algo que no logro comprender y se queda dormido.

De un instante a otro la habitación queda en silencio. A excepción la suave respiración de Caden quien está a mi lado y los ronquidos de Patrick.

Los dos observamos a Patrick.

—No creí que vinieras a ver que le ocurría—suelta el chico junto a mí.

—Yo tampoco lo creía, pero aquí estoy—respondo de manera simple y me dirijo a salida de la habitación.

Abro la puerta y me dispongo a ir a mi habitación, cuando me toman del brazo, es Caden. Lo miro extrañada.

—Acompáñame a tomar algo a la cocina— pide. —Por favor.—susurra de manera amable.

Solo asiento, quito su mano de mi brazo y camino hacia la cocina.

Cuando llegamos me siento en una de las banquetas miro a Caden que inmediatamente se dirige a en busca de dos vasos de vidrio y los coloca frente a mí.

—¿Entonces que quieres de beber, Eloise?

—mmm...—hago muecas de estar pensando—¿Champaña?

Caden me muestra una pequeña y picarona sonrisa.

—No creo que sea buena idea—expresa indeciso—además estamos en la cocina no creo que aquí haya champaña.

—¿Y dónde si hay?

—En el bar de Patrick, pero no beberemos alcohol, Eloise—Zanja

—Aburrido—suelto y le saco la lengua. —¿Entonces que beberemos?

El chico frente a mi voltea y abre la nevera

—¿Jugo de naranja? —pregunta señalándome la jarra.

—Bien.

Caden llena los vasos y luego se sienta a mi lado.

Por mi parte tomo un trago del jugo y hablo:

—¿Entonces que quieres de mí?

El chico a mi lado me mira de reojo y bebe de su jugo.

—¿Que te hace pensar que quiero algo de ti? —cuestiona.

—¿Entonces te da miedo bajar solo a la cocina? —lo reto.

—Quizá—me reta con la mirada.

No decimos nada por un instante hasta que yo rompo el silencio para preguntar lo que me viene dando vueltas en la cabeza desde hace un rato.

—¿Conoces a Alena?

Caden me observa curioso y luego asiente.

—Era una amiga del colegio de Patrick.

¿Una amiga?, en los años que viví con mi padre nunca escuché de ella.

—¿Sabes que le sucedió? —inquiero curiosa.

Caden vuelve asentir, le da un trago a su jugo  y habla:

—Murió. —confiesa y desvía la mirada

—Alena era mi madre, Eloise. —Susurra el chico a mi lado con un tinte nostalgia.



Notita de la escritora: ¡Feliz año nuevo! mis mejores deseos para este 2021.









Un mapa hacia ti-EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora