Tres días, tres míseros días son los que tengo para recuperarme. Y se han ido de manera fugaz, una tranquila antesala ante la estridente vida que me espera con Eleonor.
¿Qué he hecho?
Nada. Reposo absoluto. Ni dispositivos electrónicos, ni salidas que no sean los alrededores del hotel, ni contacto con mis amigos.
Rodeada de extraños quienes velan por mi "seguridad " o mejor dicho quienes impiden que me escape. De cualquier modo no tengo donde ir.
El fresco aire del atardecer acaricia mi rostro, estoy en la azotea del hotel, es el único lugar que suelo salir para no morir asfixiada en la habitación.
Un cuaderno de dibujos y un lápiz son mis únicos compañeros en un vano intento de despejar mi mente. Me quedo observando el atardecer con sus tintes rojizos que poco van despareciendo para dar paso a la noche.
Bloqueando mis recuerdos es la forma que he podido encontrar paz mental. Tratando de desaparecer cada rastro de pensamiento de lo que esté ocurriendo con las personas que una vez conocí.
—Señorita Eloise —la voz de la chica que apareció la primera vez con las ordenes de Eleonor atrae mi atención, creo haberle escuchado que se llama Bella.
La miro para que entienda que tiene toda mi atención.
—Este es su itinerario de lo que resta de la semana.—Comunica entregándome un hoja de papel.
Comienzo a leerlo.
9: 00 AM: Evento de caridad.
11:00: Almuerzo con Diseñadores.
Dejo de leer en el segundo evento y vuelvo mi vista al atardecer.
—Eloise —me llaman nuevamente, una voz diferente. Marco, mi padrastro aparece frente a mi, trae en sus manos dos vasos con helado.
Intento sonreírle, sin embargo lo único que sale es una mueca.
—¿Cómo estás? —pregunta tomando asiento frente a mi, entregándome uno de los vasos.
—Existiendo.—le respondo sin una pizca de disimulo.
—Intente hablar con tu madre, pero ya sabes como es ella. —informa con desanimo.
Marco, no puedo culparlo, me salvo muchas veces de Eleonor, metiendo las manos al fuego por mi, pero cegado por su amor a mi madre. No entiendo como una persona como él pudo casarse con alguien como ella.
—Créeme lo tengo presente.—señalo y tomo el vaso con helado.
—¿Hay algo más que pueda hacer para subirte el ánimo?—pregunta con más confianza.
Niego. Mi padrastro suspira frustrado, comienza a comer su helado.
—¿Cómo puedes seguir con alguien como ella?—inquiero luego de un rato.
Y puedo ver como concentra su mirada en el vaso.
—No eres idiota, sabes todo lo que me hace.—recalco—O eso creo.
Marco no me mira.
—Pierdo mi tiempo preguntándolo ¿Verdad? —Digo y me levanto.
—Es difícil de comprender Eloise—señala y vuelvo mi mirada a él. —tú madre no siempre fue el monstruo que conoces.
Rio con ironía.
—¿De qué hablas?
Mi padrastro se levanta, se acerca a mi y me abraza.
![](https://img.wattpad.com/cover/219387917-288-k854156.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Un mapa hacia ti-EN EDICIÓN.
RomantikPrivilegio, sí, nací con ellos, una de las pocas afortunadas. No es que sea una molestia comprar lo último de la moda, ir a restaurantes caros, o acceder a la tecnología del momento sin siquiera detenerse a observar cuánto ha perdido mi cuenta banca...