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Caden Ferrati se encuentra en la puerta observándome como si nada hubiese ocurrido, como si no se hubiese desaparecido prácticamente todo el día. Como si no se hubiese comportado de manera extraña durante el receso.

No sé porque me siento enojada al verlo.

El chico de ojos grises entra al salón. No dice más nada, yo tampoco lo hago.

Me giro nuevamente y me quedo observando el piano.

¡Este maldito piano!

Escucho como Caden empieza a ajustar su violín, pero decido ignorarlo.

Mi batalla es con el piano, no con él.

—Estás muy callada. —lo escucho murmurar.

Ruedo los ojos y continuo solo observando el piano.

—¿Estás lista para tocar? —Me pregunta y lo vuelvo a ignorar. Saco mis audífonos y coloco la música lo más alto que puedo para esperar a la profesora quien ya se está demorando demasiado.

Tarareo la canción dangerously de Charlie Puth, mientras pasa el tiempo. Cuando me quitan uno de los audífonos.

Apago la música, me quito el audífono restante y molesta enfrento a Caden quien inmediatamente habla:

—¿Estás enojada? — pregunta desconcertada.

Bufo y le contesto:

—Que no es obvio—recalco.

—¿Por qué estás enojada?

Vuelvo a rodar los ojos realmente no estoy de humor.

—No lo sé—respondo casi en un grito. —No sé porque estoy molesta.

Caden me observa con detenimiento durante unos segundos y luego su expresión cambia.

—Yo también estoy molesto.

Su confesión me hace titubear, pero decido ignorarlo y regreso junto al piano.

—¿No quieres saber por qué? —pregunta tras de mí.

Puedo oír como ríe de manera sarcástica.

—¿No me hablarás? ¿Piensas ignorarme para siempre?

No respondo.

—¿No quieres huir esta vez? — vuelve a preguntar.

Doy un largo suspiro, a la vez que observo a mi verdugo. Cuando siento una mano en mi hombro.

Me tenso al instante, pero luego me relajo. Sé que es Caden.

—¿Realmente vas a ignorarme? —susurra.

Quiero hacerlo y a la vez no, quiero saber que oyó en el auditorio, sin embargo, tampoco quiero saber que me vio vulnerable. Yo, Eloise Pearson no puedo mostrarme vulnerable.

—¿Qué escuchaste en el auditorio? —murmuro y levanto la vista para mirarlo fijamente.

Su rostro me muestra culpabilidad inmediatamente su mirada de desvía y comienza a hablar.

—Te veías distraída en clase yo...—titubea—saliste de clase de forma apresurada. Creí que algo te había sucedido.

—Eso no es lo que te pregunté, ¿Dime que escuchaste?

Caden sigue evitándome la mirada.

—Estabas llorando cuando llegué..., luego de tu confesión el día anterior supe que era... algo relacionado con tocar el piano, pero creo que tocar solo es algo superficial. Por la forma en que hablabas con tu amigo deduje que... no... es algo grato de recordar.

Un mapa hacia ti-EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora