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—Perdóname—pide desde la puerta de mi habitación, su tono de voz suena arrepentido.

Estoy  en el asiento bajo mi ventana mirando hacia fuera, presionando con fuerza la almohada que tengo sobre mis piernas para contener mis lágrimas.

No quiero verlo, no quiero hablarle quiero que se vaya, pero si lo miro se que no podré contenerme más.

Sé fuerte, Eloise, nunca  demuestres que te hirieron.

Las palabras de mi madre resuenan en mi cabeza.

—Eloise mírame, por favor.

Trago lo suficiente y lo enfrento.

—¿Perdonarte? ¿Por qué habría de hacerlo?— el desdén en mi voz es evidente.—Al fin y al cabo soy todas esas cosas que dijiste.

—Eloise yo...

—¡No!—lo interrumpo— vete, no quiero saber ti ,ni ahora ni nunca.

—Eloise, déjame explicarte —insiste puedo oír la desesperación en su voz.

Me levanto rápidamente y me dirijo hecha una furia hacia él.

—Largo de mi habitación—le grito y   lo empujo en dirección a la puerta  de la impresión este no pone resistencia por lo que lo  logro sacar de la habitación.

Tomo la puerta planeo  estrellarla frente a él, pero me detengo.

El chico frente a mi  solo me mira atónito.

—Nunca debí confiar en ti—digo con furia cierro la puerta con todas mis fuerzas.

2 semanas antes 

Dylan me guía por el colegio y me enseña las instalaciones, es un chico divertido,me ha dicho cómo funcionan las cosas por aquí.

Los profesores tienen que tener un gran currículum para dar clases, los estudiantes deben tener los mejores promedios además de pagar mucho dinero por las matrículas y mensualidades.

Las instalaciones tienen un toque moderno, todo perfectamente estructurado y reluciente una escuela digna para los hijos de las más personas ricas del país.

—Cuentame algo— pide Dylan luego de notar que estoy muy callada.
— Soy aburrida, que te puedo contar.
— Aburrida tú, eso no lo creo—dice  con una sonrisa pícara.

Le sonrió algo nerviosa porque pienso que me mencionara la fiesta, pero no lo hace.

— Según tu ¿Cómo crees que soy?.

Piensa por un momento.

—No lo sé, pero aburrida no creo que sea la palabra que te defina.

— Cuándo encuentres la palabra que me defina, avísame.

—Creeme que lo haré.

Nos detenemos frente a un salón de clases.

—Hasta aquí llega su tour señorita sin definición— hace un reverencia exagerada.

— Es hora de tu primera clase, ¿Nerviosa?— pregunta.

— Te mentiría si dijera que no— confieso.

—¿Entramos? todo saldrá bien.

Repitelo hasta que te lo creas, Eloise.

Solo asiento.

Dylan entra primero  y yo lo sigo.

Al entrar nadie nos nota lo que es un alivio para mi.

—Becker otra vez tarde— habla un hombre desde la esquina, cual supongo debe ser el profesor.

Un mapa hacia ti-EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora