Eloise Pearson
Hay momentos en la vida que desearías borrar para siempre, eliminarlos completamente de la existencia, sin embargo, al menos que te den un golpe en la cabeza y sufras una pérdida de memoria no vas a poder borrarlos. ¿Qué opción te queda?, fingir que nunca ocurrieron, pero siempre hay un maldito detonante que los hace volver a surgir.
Mi detonante es lo que alguna vez amé, tocar el piano.
Quisiera decir que puedo recordar con claridad ese fatídico día, pero no es así. Los recuerdos son escasos como si mi mente hubiese bloqueado ese instante en mi vida para protegerme, pero cuando toco cada tecla hace que esos terribles recuerdos vuelvan a surgir. No es que todo aparece en mi mente de relámpago, sino que son pequeños fragmentos.Muevo mi cabeza de un lado a otro para bloquear mis pensamientos. Estoy en medio de la clase rogando que la única persona que me comprende pueda devolverme la llamada bueno...
El nombre de Caden aparece por instante en mi cabeza, sin embargo, me recrimino porque es imposible alguien que acabo de conocer pueda comprenderme a tal punto. Pero mi mente es ahora quien me recrimina como si supiera algo que yo no.
He pasado toda la noche en vela, porque hoy debo enfrentarme a lo que tanto le intentado huir. Quizá para muchos solo es una simple práctica, pero algo que he aprendido es que lo que puede parecer sencillo para otros puede ser el gran reto de alguien.
El teléfono suena, es una video llamada de mi mejor amigo, respiro un poco más tranquila. Voy a contestar, sin embargo, recuerdo que estoy en clase por lo que me levanto y ansiosa salgo del salón.
Cuando llego a un pasillo solitario, saco mis AirPods del bolsillo y me los coloco. Contesto la llamada antes de que se corte y el rostro de mi mejor aparece en pantalla.
Puedo notar que está con el uniforme con el de mi antiguo colegio, un sentimiento de nostalgia me invade al instante.
—Hola bonita — me dice con su hermosa sonrisa; sonrisa que extrañaba tanto.
Me quedo en silencio un momento tratando de controlar mis emociones.
—Asher yo...— es único lo logro decir antes que mi voz se quiebre.
Su rostro cambia inmediatamente a uno de preocupación. No le he comentado a Asher muchas cosas desde que llegué aquí por el simple hecho que no quiero preocuparlo lo que significa que no sabe que hoy debo enfrentarme a uno de mis mayores miedos.
—Eloise—Me llama—Por favor dime que sucede.
En mi me mente hay un debate, porque no estoy cumpliendo una de las promesas que me hice antes de llegar aquí y fue: dejar de agobiar a Asher con mis problemas.
Sin embargo, aquí me encuentro, solo una semana y no pude cumplir con mis promesas internas.
—Veo la indecisión en tu rostro, Eloise—reclama — y te conozco lo suficiente para saber lo que en este instante está pasando por tu linda cabecita. — hace una pausa y luego prosigue —Olvida toda esa tontería de que solo me molestarás con tus problemas porque, aunque te vayas a otro lado del mundo no podré dejar de preocuparme por ti, tontita.
Sonrió ligeramente, a veces desearía que no me conociera tan bien. Así que me rindo y confieso.
—Hoy debo hacerlo, hoy debo enfrentarme a ello.
Es lo suficiente para que mi mejor amigo comprenda lo que me sucede.
—Enfréntate a ellos conmigo primero, Eloise. —propone.
—¿Quieres que toque para ti?—Pregunto sabiendo la respuesta porque no es la primera vez que lo intentamos.
Digo intentamos porque siempre fallamos.
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Un mapa hacia ti-EN EDICIÓN.
RomancePrivilegio, sí, nací con ellos, una de las pocas afortunadas. No es que sea una molestia comprar lo último de la moda, ir a restaurantes caros, o acceder a la tecnología del momento sin siquiera detenerse a observar cuánto ha perdido mi cuenta banca...