Hola mis amores, Feliz año nuevo, no puedo creer que el 2020 haya terminado por fin, espero que el 2021 sea mejor para todos ustedes y que hoy la pasen realmente bien con sus familias. Por un próximo año lleno de felicidad y bendiciones para todos salud 🥂
los amodoro!
***
Jesse observó el cuarto. Llevaba un rato observando su mano donde su alianza ya no estaba desde que se la había arrojado a Eric en la cara. Era extraño, incluso con lo mucho que la odiaba se sentía tan... Desnudo sin ella.
La puerta se abrió y volvió a cerrar.
Alguien le dejó una bandeja con comida. Jesse no necesitaba voltearse para saberlo. Esa era la rutina desde hacía días ¿semanas quizás? ¿O Meses? Sintió una lágrima deslizarse por su mejilla antes de abrazarse a su almohada y dejar que el llanto lo abordara.
***—Buenos días, mi estrella—Jesse pestañeó encontrándose con el rostro de Eric ligeramente incorporado sobre él. El sol que se filtraba entre las hojas de palmeras sobre la pequeña pergola que se alzaba sobre ellos lo encandilaba ligeramente. Se había tumbado sobre una hamaca playera cerca del agua para disfrutar del silencio relajante de la playa.
Jesse llevó su mano a la mejilla del pelilargo, tocando con su índice el sitio donde sabía que se formaría un pequeño hoyo cuando Eric sonriera.
—Hola.—Murmuró ligeramente adormecido.
Se había quedado dormido leyendo un libro que había encontrado entre las cosas de Eric. La contratapa había llamado su atención, vamos "todo el arte de la guerra se basa en el engaño. El supremo arte de la guerra es someter al enemigo sin luchar" ponía el pequeño tomo de tapa blanda. Era un libro pequeño, vamos, y el tal sun tzu parecía un tipo interesante, pero Jesse se había dejado seducir por los brazos de morfeo apenas pasar la décima hoja. No, definitivamente él no era un tipo de letras.
—¿Un poco de lectura ligera? —Eric sonrió condescendientemente viendo el libro dormido sobre el pecho del rubio y Jesse no pudo evitar sentirse absurdamente complacido cuando el hoyuelo de Eric coincidió con el sitio justo que acababa de marcar.—¿Planeas hacer una guerra de la que no me haya enterado?
Eric conocía el libro, lo había leído un par de veces a lo largo de su vida, era uno de los favoritos de su abuelo, de hecho lo había obligado a memorizar y recitar varios pasajes de él, pero nunca fue especialmente bueno siguiendo sus máximas más allá de la teoría. El viejo Vory solía recordarle que eso era debido a su carácter colérico, sumado a la juventud y la vanidad, Eric siempre se había creído a si mismo invencible, vamos, él se consideraba lo suficientemente centrado para manejar su carácter, la mayoría del tiempo al menos, tal vez debió oírlo más y confiar menos en si mismo.
—haz que los adversarios vean como extraordinario lo que es ordinario para ti, haz que vean como ordinario lo que es extraordinario para ti—Recitó Eric. una arruga de confusión apareció en el rostro de Jesse.—Es una cita.—Le indicó con un gesto el libro—¿Aún no has llegado a esa parte?
—No soy un chico de letras.—Se encogió con cierta timidez.—Tu siempre tienes un libro encima. Revisé tus cosas. En tu oficina.—Admitió Jesse de pronto.
Eric se tensó por un momento antes de relajar su gesto.
—Lo sé.—Admitió, <<sé que tú también lo sabes>> pensó Eric.
Se miraron esperando que el otro pusiera en palabras eso de lo que ambos estaban conscientes pero ninguno se atrevía a decir. Sabían que sería un antes y un después cuando eso ocurriera. Un paso sobre terreno desconocido que ninguno de los dos parecía dispuesto a dar.
—¿Estas molesto?—Las dudas estaban pintadas en todo el rostro curioso de Jesse.
—Lo estoy. Pero la rabia es un ácido que puede hacer más daño en el recipiente en el que se almacena que en cualquier otra cosa en que se vierte"
Jesse analizó sus palabras antes de fruncir ligeramente el ceño.
—la mitad del tiempo no entiendo lo que dices.
—Soy consciente de que me encanta tu cabecita rota pero no fue precisamente tu intelecto lo que me enamoró de ti.—Le dijo acariciando con cariño su mejilla.
—Ey, no soy tonto. Soy un chico de acción.
—Claro que sí— Eric no pudo evitar inclinarse a atrapar sus labios en un beso.—Ni por un segundo pensaría que eres tonto, mi angel. No me creas tan idiota como para subestimarte, sé cuando me mientes, pero me gustas demasiado para que me importes.—Admitió en un tono que sonaba a franca amenaza mientras besaba con delicadeza su barbilla.
Jesse separó sus labios dejando escapar un ligero suspiro e inclinó su rostro del lado contrario para darle mejor acceso a los besos del pelilargo. Uff, Jesse no podía resistirse a ellos.
—Estoy cansado de descansar .—Ronroneó rodeando el cuello de Eric con sus brazos. Eric se detuvo a sonreír sobre la piel cremosa de su cuello que había tomado un tono nacarado con el sol de esos días.
—No puedes "cansarte" de descansar.
—Pero lo hago Eric—Se quejó Jesse y el pelilargo alzó la vista para ver el puchero en sus labios.-Prometiste que solo serían unas semanas...
—Tu prometiste que te lo tomarías con calma, que lo harías por mí ¿Recuerdas? Me diste un susto de muerte Jess. Mi corazón aún no se recupera de eso.
—Lo sé.—Jesse suspiró y se pasó una de sus manos por el cabello, los mechones cortos habían vuelto a repoblar su cabeza rubia con el correr de los días luciendo más como el hombre que había sido antes del accidente, aunque sus costillas aún se sentían un poco sensibles—Quiero volver a casa, Eric. Han pasado tiempo y Mi trabajo...
—Aún no. Tu trabajo puede esperar, me encargué personalmente de arreglar todo allí. Estas de baja por enfermedad hasta nuevo aviso. Tu puesto te seguirá esperando para cuando sea adecuado que regreses pero el doctor aún no te considera apto aún para volver.
—Porque son tus colegas y hacen lo que tu les dices.
—Por que les pago bien para que tengas a los mejores profesionales cuidando de ti y yo tampoco creo que estés listo para volver al trabajo. Corriste hacia una maldita bomba, Jess. ¿Quién en su sano juicio corre hacia un sitio al que amenazaron con volar con C4? tu no eres experto en bombas, no es tu distrito, ni siquiera deberías estar ahí.
—Es mi ciudad.
Eric bufó con fastidio y se sentó junto a Jesse en la hamaca playera. Esa era una discusión que ya habían tenido varias veces con anterioridad. —Y la de miles y miles de habitantes más, tu obsesión...
—Eric.—Jesse se sentó también tomando la mano de Eric en su puño y le dio un apretón para llamar su atención.-—Te amo. Me enamoré de ti como no creí enamorarme nunca, pero hacer lo correcto es prioridad para mi, entiendo que estés preocupado, tendré más cuidado, lo prometo, pero necesito volver. Quiero ayudarte, ¿tu me entiendes?.—Los ojos verdes de Jesse se clavaron en Eric con esa intensa mirada brillante. Eric no respondió pero entrelazó sus dedos acariciando el dorso de la mano opuesta con su pulgar en pequeños círculoss—Déjame ayudarte, Eric.
—Dame un par de semanas más, tengo unos asuntos que resolver, pasemos nuestro aniversario aquí, Jesse. nos debemos la luna de miel ¿recuerdas?
Jesse suspiró.—De acuerdo—Eric tomó con su mano libre la mejilla de Jesse y lo acercó hasta cerrar la distancia con sus bocas.
—De acuerdo—Dijo Eric cerrando el trato entre ellos. Se besaron. —De acuerdo—Volvió a repetir Jesse. Eric no estaba seguro de poder cumplir ese trato pero ganar tiempo era la mejor opción. Jesse sabía la verdad o parte, de eso Eric estaba seguro, pero ambos estaban ganando tiempo.—De acuerdo.-Volvió a repetir Eric y se volvieron a besar antes de volver a tumbarse en la hamaca.
sí, pasar la luna de miel allí no sonaba nada mal.
Chan, cha chan, eso es todo amigos, los amodoro
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El legado de Cain (Parte II)
Teen Fictioncontinuación de "el legado de Caín " advertencias: *contenido homosexual, bdsm, hematofilia, violencia, drogas, mafia, etc. etc...