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advertencia, este capitulo puede que a los que quieran a Jesse no les guste mucho.

Presente

El ruido del llanto de un bebé se oyó a través del monitor. Los mejores amigos se observaron. Eric y Jed estaban sentados en la sala de recreo del primero tomando un par de cervezas y unos canapés de medianoche.

Eric hizo una mueca de dolor al oirlos, sí, los niños habían estado inquietos últimamente y Eric no era un hombre lo suficientemente paciente para soportar solo la salida de los dientes de sus tres hijos. Lana y Oliver se encargaban de cuidarlos durante el día. Con las cosas como estaban, Eric no dejaba a ningún extraño cerca de sus pequeños. Vamos, Eric se había dedicado de lleno a la paternidad y a resolver pequeños asuntos de menor grado desde su nacimiento.

Sus hijos habían conseguido estabilizar en parte su vida, hasta había conseguido que le devuelvan su licencia para ejercer. Estaba superando su luto, su sed de venganza había quedado relegada a un segundo plano.

sí, Eric no olvidaba lo que le habían quitado, pero no estaba dispuesto a perder lo que tenía por perseguir fantasmas. Paolo había contribuido a esa decisión. Mantenía un ojo sobre sus enemigos por mera precaución.

—¿Quién va?—Preguntó viendo al rubio frente a él.

Jed lo había ayudado mucho con el cuidado de sus hijos en esos últimos meses. La vida de ambos era una mierda en ese momento y los bebés habían resultado un bálsamo inesperado.

Jed miró el monitor, era la tercera vez que se levantaba a ver a los bebés, esa noche estaban más irritables de lo normal, Ya los había alimentado, cambiado e incluso les había leído un reporte actualizado sobre el manejo de la Artritis Reumatoide en la práctica clínica, incluso si no entendían una palabra de los que le decía la voz del rubio había conseguido que se durmieran un rato.

Eric y él venían turnándose. Pero por la manera de llorar, se apostaba a que ese era Caleum, Taurus solía ser un bebé más tranquilo y el llanto de Hydra era más agudo. Sí, Jed se había apegado tanto a los niños en el último tiempo,  se había mudado a casa de Eric.

Además era su padrino, vamos.

—¿El último en pasar más tiempo sin follar?—Sugirió Jones llevándose el pico de su cerveza a la boca.

Llevaban haciendo esa clase de apuestas para ver a quien le tocaba atender a los niños desde hacía rato. La cosa había empezado con cosas estúpidas como "el último en comer frutillas" "el último en cantar X canción" "el último en ver una araña"

Eric se levantó resignado a perder consiguiendo que una risa boba escapara de la boca de Jones.

—¿Tan mal por casa?—Preguntó encogiendo sus piernas antes de apoyar su mejilla en las rodillas. Se lo veía agotado y somnoliento. —Compites contra un divorciado con sequía de 3 meses. ¿Tú?

Eric miró hacia otro lado antes de volver a ver el monitor. —Jesse... no estuve con nadie después que él... Él fue el último.—Resumió.

—Oh, lo siento... yo pensé... Pasó mucho tiempo—Y lo había hecho, casi dos años— creí que tú, carajo, lo siento.

—Está bien. Yo... no lo llevé muy bien.—Admitió incómodamente, tornándose en un silencio que ninguno supo cómo cortar. Por suerte para ambos la luz verde del monitor volvió a titilar y un segundo llanto se unió a al primero.

—Mejor lo dejamos en un empate.—Sugirió Jed y ambos fueron al cuarto de los niños el cual había sido decorado en colores grises y neutros, salvo por las cunas de los niños donde dos estaban vestidas de celeste pálido y una de rosa. las iniciales de cada niño resplandecían sobre las paredes enmarcando cada cuna.

El legado de Cain (Parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora